domingo, 13 de septiembre de 2020

LA ILÍADA y LA ODISEA, DE HOMERO. LITERATURA UNIVERSAL TEMA 1

 

LA ILÍADA, de HOMERO





Sin duda alguna, una de las tres grandes epopeyas de la Grecia Clásica es la Ilíada, cuyo autor no se sabe a ciencia cierta quién es, pero se atribuye por mayoría al poeta Homero. Es una de las obras clásicas por excelencia, fuente de inagotables poemas, textos, novelas, canciones, obras teatrales, series y películas cinematográficas. Dentro del propio mundo griego, en su época la Ilíada y la Odisea se consideraban como las dos obras literarias más importantes e influyentes. Tanto es así, que ambas se utilizaban en los colegios con fines pedagógicos que transmitían los valores morales de la época.




La Ilíada: estructura

Comenzaremos este breve resumen de la Ilíada hablando sobre la estructura y el tema principal sobre el que versa la obra. La Ilíada es una epopeya griega, o lo que es lo mismo, un texto narrativo épico que suele estar escrito en verso, más o menos como si se tratase de una canción antigua que cuenta las vivencias, hazañas y conquistas de un gran héroe, el cual se toma como modelo de conducta. Está escrita en hexámetros dactílicos y tiene alrededor de 15.693 versos, los cuales se dividen a su vez en 24 cantos.

El argumento o la temática central gira alrededor de la cólera de Aquiles, ya que el texto se centra en los hechos acontecidos durante los últimos años de la Guerra de Troya. De hecho, el nombre de la Iliada procede del nombre griego de la ciudad de Troya; esto es, Ilión.


Argumento de la Ilíada

Como ya hemos dicho anteriormente, la Ilíada narra la cólera de Aquiles y es precisamente así como da comienzo el relato, con el tremendo enfado del protagonistas porque el rey de los aqueos1, Agamenón, ha decidido quedarse la esclava favorita de Aquiles, Briseida. A modo de venganza, Aquiles decide retirar sus ejércitos y el bando aqueo se ve diezmado por los troyanos.

En este momento, Patroclo, primo y amigo íntimo de Aquiles, decide ponerse las armaduras de Aquiles y enfrentar la batalla, con tan mala suerte que lucha directamente contra Héctor, hijo del rey troyano Príamo y príncipe de Troya, y acaba muriendo derrotado por Héctor.

Cuando Aquiles se entera de tal desventura, decide vengarse y luchar contra los troyanos hasta dar caza a Héctor, el asesino de su primo querido. Previamente, los troyanos no habían querido devolver el cadáver de Patroclo a Aquiles para que pudiese enterrarlo en paz; entonces, cuando Aquiles mata a Héctor, ata el cadáver de este a su carro y lo arrastra por toda la playa de Troya, con el único fin de humillarlo.

El rey Príamo baja a la playa de Troya, al campamento de los aqueos, para suplicarle a Aquiles que le devuelva el cadáver de su hijo y así poder enterrarlo en paz. Ante tal acto paternal y sentimental, el héroe Aquiles se ve conmovido y decide darle al rey troyano lo que pide, ya que ambos están en la misma situación, es decir, llorando la muerte de uno de sus seres más queridos.

De esta forma se termina el relato de la Ilíada, con la reconciliación ante la devastación de la muerte de dos de los grandes personajes de la obra: el rey troyano Príamo, quien defiende su ciudad y su gente, cueste lo que cueste, frente al todopoderoso Aquiles, quien tan solo busca encontrar la fama eterna, que su nombre se repita a los cuatros vientos, de generación en generación, y así pueda perdurar en la eternidad. ¿Quién le iba a decir a Aquiles que tendría razón y al final lograría su objetivo?



La Ilíada en la literatura universal

La Ilíada es una de las obras cumbres de la literatura universal. En esta obra se recogen los grandes temas universales, las pasiones y las envidias humanas, los sentimientos positivos como el amor, el honor, la verdad, la lealtad, frente a emociones negativas como la codicia, la ira, la desesperación o la venganza, entre otras muchas.

Este texto sigue vigente en nuestros días porque, al fin y al cabo, seguimos creyendo en algo más allá del ser humano, que puede tener la potestad de decidir o condicionar nuestro destino. La figura del héroe y su desdichado final trágico es un tema recurrente que ha influido en numerosas obras literarias de todos los tiempos sucesivos.

La guerra como medio a través del cual los hombres intentan conseguir su objetivo sigue, lamentablemente, estando ahora más vigente que nunca.




Los personajes principales de La Ilíada


Ahora que ya conoces el resumen corto de La Ilíada es importante que nos detengamos un momento en conocer los personajes principales de La Ilíada. Aunque aparecen muchos, lo cierto es que podemos hablar,  claramente, de dos co-protagonistas: Aquiles y Héctor.


Aquiles, uno de los protagonistas de La Ilíada

Dentro de la guerra de Troya nos encontramos con que Aquiles fue uno de los personajes más destacados. Uno de los grandes héroes de esta contienda que, por supuesto, aparece en "La Ilíada" de Homero. Aquiles tenía muchísimas cualidades dentro de la batalla y, por eso, su popularidad fue en aumento a medida que transcurría dicha guerra.

Fue un guerrero con un origen mítico ya que, según cuenta la leyenda, cuando era un bebé su madre lo sumergió en un río y, sus aguas encantadas, hicieron que se convirtiera en inmortal. Sin embargo, la zona del talón de Aquiles no fue introducida en el agua, por eso, es el punto débil del guerrero, quién muere cuando le disparan en esta parte del cuerpo.


Héctor, otro de los personajes de La Ilíada

Pero no podemos hablar de Aquiles sin hablar de su contrario: Héctor, príncipe y guerrero troyano. Los dos son los grandes héroes de esta guerra en la que lucharon el uno contra el otro. Héctor era considerado el mejor guerrero de Troya y, por eso, fue el que más luchó contra la invasión de los griegos. Él es el responsable de la muerte de Patroclo, el mejor amigo de Aquiles, y por eso la lucha entre ambos guerreros se vuelve personal.

Con la muerte de Héctor, la guerra se convierte en una contienda mucho más íntima y personal y, por eso, los bandos empiezan a luchar con todas sus fuerzas. Héctor, a diferencia de Aquiles, no participa en la batalla por su honor sino para defender a su pueblo del ataque de Grecia.

LOS ORÍGENES DE LA LEYENDA: EL JUICIO DE PARIS y LA MANZANA DE LA DISCORDIA



En la mitología griega, el Juicio de Paris fue el desencadenante de la legendaria Guerra de Troya. Ha sido un tema recurrente en las artes por su relevancia poética y los efectos futuros que éste provocó. La decisión del joven príncipe troyano llevó a su propio pueblo a la ruina sólo por el amor de la más bella mujer.

Todo comenzó con la mítica boda de Tetis y Peleo, una importante celebración a la que estaban invitados dioses y mortales. Pero Eride, diosa de la discordia, no había recibido invitación, por lo que planeó una venganza digna de su atributo: sembrar la discordia entre los invitados.

Se presentó entonces en la fiesta con una manzana de oro con la inscripción “Para la más bella”, la lanzó sobre la mesa donde se sentaban los dioses y se retiró. En ese momento, Atenea, Afrodita y Hera2 comenzaron a disputarse la manzana, lo que provocó una interminable disputa, hasta que Zeus tuvo que intervenir, clamando que la elección sería de un joven mortal. El afortunado –o desgraciado- fue el hijo del rey de Troya, llamado Paris. Zeus lo escogió porque el joven príncipe había vivido siempre alejado del mundo y de las pasiones humanas, y su juicio sería el más imparcial.

Las tres vanidosas diosas –más pasionales que los propios humanos- trataron de convencer a Paris ofreciéndole importantes recompensas. Hera le ofreció todo el poder que pudiera desear y hasta el título de Emperador de Asia; Atenea le ofreció la sabiduría y la victoria de cualquier guerra futura, y por último, Afrodita le prometió el amor de la mujer más bella del mundo. Paris proclamó como vencedora a Afrodita, sin saber que su decisión traería las peores consecuencias para su ciudad, ya que la hermosa mujer que había prometido la diosa era nada más y nada menos que Helena, la esposa de Menelao, rey de Esparta.

Troya (Ciudad de Asia Menor, actual Turquía) y Esparta (Región al sur de Grecia) era dos pueblos con relaciones anteriores. Durante una de las visitas de Paris a tierras espartanas, éste conoció a Helena. La promesa de Afrodita se cumplió cuando hizo despertar en ella una ferviente pasión por el joven troyano. Después de haber estado una noche en su palacio, Paris se llevó a la bella Helena con él de regresó a Troya.

Colérico ante semejante ofensa, el rey Menelao nombró a su hermano Agamenón comandante en jefe para llevar a cabo el rescate de Helena que luego desembocó en la legendaria Guerra de Troya.



Personajes secundarios de la Ilíada

Ayax

La Ilíada de Homero presenta a dos héroes llamados Áyax y ambos lucharon en el bando griego. El más importante de los dos, también conocido como «el gran Áyax», era hijo de Telamón de Salamis. Fue el héroe más grande de los griegos después de Aquiles en la Guerra de Troya y se le describe como un hombre recto, silencioso y valiente.

Áyax es conocido por los muchos hechos heroicos que se le atribuyen en la batalla y por haber estado cerca de acabar con la vida del héroe troyano, Héctor, durante un duelo. A menudo acudía a socorrer a sus compañeros heridos, llegando a rescatar a Odiseo herido de entre un gran número de troyanos. Cuando el mejor amigo de Aquiles, Patroclo, fue asesinado a manos de Héctor, Áyax cubrió su cuerpo con su escudo. Después, cuando el gran Aquiles cayó víctima de la flecha arrojada por Paris, fue el propio Áyax el que recogió el cuerpo inerte y sus armas del campo de batalla.

Esta última acción fue la que le condujo a la muerte, ya que los héroes griegos luchaban los unos contra los otros para hacerse con la preciada armadura de Aquiles que había sido forjada personalmente por el dios Hefesto. Odiseo (Ulises, protagonista de la Odisea) fue el ganador de la pelea. Áyax se sintió tan humillado que decidió llevar a cabo un ataque nocturno contra sus propios compañeros. La diosa Atenea le hizo volverse loco y, en lugar de matar a sus competidores, Áyax sólo mató a un rebaño de ovejas. Al día siguiente había recuperado la cordura, pero la desgracia no dejó de perseguirle y se mató con su propia espada. Otras narraciones del fin de Áyax discrepan de esta visión, la que el dramaturgo Sófocles presenta en su tragedia Áyax, que es la más aceptada.



Paris

Paris era un príncipe troyano hijo del rey Príamo y de su esposa Hécuba. Esta tuvo un sueño durante su embarazo: soñó que daría a luz a una antorcha que incendiaría la ciudad. Esaco, hermanastro del futuro príncipe, poseía el don de interpretar los sueños y aconsejó que, a su nacimiento, abandonaran al recién nacido. Fue así como Príamo, rey y padre de la criatura, ordenó a su criado Agelao que abandonara al pequeño en el Monte Ida, para que muriera en el desamparo. Agelao, en un último momento, decidió apiadarse del pequeño y criarlo como si fuera su propio hijo.

El pequeño creció con el nombre de Paris, siendo un joven guapo y fuerte que dominaba el arte de la música. Su primera historia de amor la vivió con la ninfa Enone, hija del dios-río Cebrén. Ella, que poseía el don de la profecía y la medicina, predijo que ella sería la única que podría salvarlo de una herida de muerte.

En el juicio de Paris, Zeus le presentó el dilema de entregar la manzana de oro a la diosa mas bella del olimpo. Ante él se presentaron tres diosas: Hera, que le prometió ser soberano del mundo, Atenea, que le ofreció ser invencible en la guerra, y Afrodita, que le prometió entregarle a Helena, la mujer mas bella del mundo. Paris eligió a Afrodita, la cual se convirtió en su protectora, mientras que las otras dos deidades juraron venganza. Lo que él no sabía, era que esa decisión desencadenaría la Guerra de Troya.

Todos los años, Príamo, rey de Troya, celebraba unos juegos en honor a su hijo Paris al que creía muerto. En una ocasión, los servidores del rey se llevaron a su toro favorito para ofrecerlo como premio en dichos juegos. Paris, que fue uno de los jugadores, ganó y se hizo con el toro, haciendo nacer en sus hermanos la indignación de creer que habían sido derrotados por un simple pastor. Dispuestos a matarlo, fueron detenidos por Casandra, que gracias a sus poderes adivinatorios, reconoció que el simple pastor era el hijo del rey Príamo.


Paris fue acogido en la corte real de Troya y tuvo la oportunidad de embarcarse hacia Grecia, donde su tía Hesíone vivía después de que Telamón la hubiera secuestrado tiempo atrás. El príncipe Paris se ofreció para acaudillar la expedición y decidió dirigir a Cástor y Pólux, que vivían en Lacedemonia. Su padre dio el visto bueno, a pesar de que Héleno ya había revelado que, si el viaje se llevaba a cabo, Troya pagaría las consecuencias.

Después de estar en casa de Cástor y Pólux, Paris llegó a Esparta, donde reinaba Menelao y su esposa Helena, la mujer más hermosa del mundo que le había prometido antaño Afrodita. El príncipe troyano no tardó en enamorarla con la ayuda de la diosa y, aprovechando que Menelao estaba en Creta celebrando los funerales de su abuelo, Paris y Helena se fugaron a Troya. Algunas versiones dicen que la joven fue raptada y no se marchó por su propia voluntad y otras dicen que lo que se fugó con Paris fue una imagen fantasmagórica de ella, cumpliéndose así la venganza de Hera por no haber sido escogida como la diosa más bella.

En su viaje se llevaron un gran número de riquezas, pero no a la hija de 9 años de Helena: Hermíone. Durante la travesía, una tempestad provocada por la diosa Hera hizo que el barco fuera a parar a Sidón, ciudad que los troyanos saquearon. A su llegada a Troya, los ciudadanos no aceptaron a Helena, pues lo consideraban una ofensa hacia el rey Menelao, y quisieron devolverla. A pesar de ello, la decisión de la familia real troyana fue que Helena podía quedarse en Troya junto a Paris. La ninfa Enone, primer amor de Paris, y su padre, Cebrén, se marcharon despechados de la ciudad.


Durante la primera parte de los diez años de conflicto, Paris no consiguió causar una buena impresión en ninguno de los dos bandos, ya que se le consideraba responsable de la guerra y tanto amigos como enemigos le odiaban a muerte. Su hermano Héctor, el más noble y desprendido héroe troyano, se apiadó de Paris, aunque lo despreciaba por considerarlo un perezoso mujeriego.

En un momento de la guerra, se decidió que Menelao y Paris debían batirse en duelo para acabar con el conflicto. Paris perdió el duelo y después de que Menelao le atravesase con su lanza y le clavase su espada, lo cogió por la cabeza y lo arrastró casi muerto hasta el campamento griego. Pero Afrodita, que era su protectora incondicional, intervino al verlo en tan grave peligro y, cuando estaba a punto de ser estrangulado, rompió la correa de su casco para que Menelao se quedase con él en la mano. La diosa envolvió a Paris en una nube y se lo llevó a sus aposentos en Troya, donde ordenó a Helena que le cuidase. La esposa obedeció sin demasiado entusiasmo, pues su amor por él se había enfriado y deseaba regresar a Troya.

Irónicamente, tiempo después fue el débil Paris el que acabó con el formidable héroe griego Aquiles al clavarle una flecha en el talón, la única parte vulnerable de su cuerpo. No se trató de una hazaña del príncipe troyano, pues la flecha estaba dirigida por Apolo. Paris murió poco después, víctima también de una flecha lanzada esta vez por Filoctetes, que de joven había recibido como regalo el arco y las flechas de Heracles (Hércules) cuando éste estaba a punto de morir. Durante un tiempo Filoctetes fue incapaz de participar en la guerra, ya que se había quedado en la isla de Lemnos curándose unas heridas.


Para más información, puedes visitar el siguiente blog:

http://laodiseadelosdioses.blogspot.com/2018/03/el-principe-paris-la-antorcha-que.html


1Nombre colectivo para los griegos en la Ilíada y la Odisea. Primer pueblo indoeuropeo en llegar a Grecia

2Atenea, diosa de la sabiduría y la guerra, Afrodita, diosa de la belleza y Hera, la esposa de Zeus. Atenea le prometió convertirse en el hombre más sabio e invencible en la guerra si era la elegida, Afrodita, le ofreció tener la mujer más hermosa del mundo y Hera, un gran poder: ser soberano del mundo. Paris eligió a Afrodita, por lo que ella le concedió el amor de Helena, reina de Troya, a la que raptaría, por estar casada con Menelao, causando así la guerra.


LA  ODISEA

El caballo de Troya fue un artilugio con forma de enorme caballo de madera que se menciona en la historia de la guerra de Troya y que según este relato fue usado por los aqueos como una estrategia para introducirse en la ciudad fortificada de Troya. Tomado por los troyanos como un signo de su victoria, el caballo fue llevado dentro de los gigantescos muros, sin saber que en su interior se ocultaban varios soldados enemigos. Durante la noche, los guerreros salieron del caballo, mataron a los centinelas y abrieron las puertas de la ciudad para permitir la entrada del ejército aqueo, lo que provocó la caída definitiva de Troya. La fuente más antigua que menciona el caballo de Troya, aunque de manera breve, es la Odisea de Homero. Posteriormente otros autores ofrecieron relatos más amplios del mito, entre los que destaca la narración que recoge la Eneida de Virgilio.


Circe1, por J. Waterhouse

RESUMEN


La Odisea, escrita también por Homero, narra la historia del héroe griego Odiseo, más conocido como Ulises y su viaje de regreso a su tierra, el reino de Ïtaca, donde le esperan su esposa, Penélope, rodeada de pretendientes que buscan casarse con ella, y su hijo Telémaco. Si el trayecto dura aproximadamente un mes, en el caso de Ulises el viaje se alarga aproximadamente diez años, debido a las diversas aventuras que le suceden a él y a sus hombres durante el trayecto. Estos son los mismos años que duró la guerra de Troya, de la que regresan.

Cuando el héroe llega por fin a su casa, se disfraza de un humilde mendigo para no ser reconocido y averiguar lo que está pasando en su hogar. Habiendo comprobado las intenciones de los pretendientes y su carácter perverso, los mata a todos dejando el salón del trono en un mar de sangre. Finalmente, Ulises pudo reinar en Itaca junto a su fiel esposa y su hijo.


TEMAS PRINCIPALES


Aunque podrían citarse muchos, los tres temas principales son: la historia mítica del regreso de Ulises a Ïtaca después de la guerra de Troya; el viaje de Telémaco, su hijo, en busca de su padre y un conjunto de aventuras que viven durante su navegación que recuerdan a los cuentos populares de los pueblos marinero. Algunos ejemplos son: la historia del cíclope Polifemo, la aventura en la isla de la hechicera Circe o la historia de las sirenas.


SIGNIFICADO DE LA OBRA


Entre los muchos significados que se han atribuido a la obra de Homero podemos mencionar el siguiente: La Odisea nos muestra un camino espiritual para hallar el sentido de nuestra propia vida, nuestra capacidad para amar y reencontrarnos con nosotros mismos. Si aprendemos a trascender nuestro ego, podremos salvar las adversidades del camino y llegar en paz a nuestro destino.


TRASCENDENCIA DE LA OBRA


La importancia de la Ilíada y de la Odisea radica en que estos dos poemas épicos, que forman parte de una larga tradición oral, son la base de la literatura occidental y del pensamiento de nuestra cultura. Ejercieron una gran influencia en la educación de su tiempo y de épocas posteriores. Así, por ejemplo, el gran poeta barroco español del siglo XVII, el siglo de oro de la literatura española, Luis de Góngora, escribió un extenso poema inspirado en la Odisea titulado Fábula de Polifemo y Galatea


LA AVENTURA DEL CÍCLOPE


El héroe griego Odiseo fue atrapado con sus hombres en la cueva del cíclope Polifemo, un hijo de Poseidón, el dios griego del mar. Cuenta la historia que Odiseo lo cegó para escapar de la cueva en la que el gigante los tenía cautivos, y donde ya había devorado a varios de sus hombres, escondiéndose entre sus ovejas cuando estas salían a pastorear. En esta aventura Odisea se vale de su astucia para escaparse de la muerte y salvar, a su vez, a sus compañeros.


LA AVENTURA CON LAS SIRENAS


La primera mención que se conoce de las Sirenas es en la odisea, cuando Ulises se enfrenta a su canto hipnótico en el mar. Para protegerse de su canto, del que se decía que producía la muerte a los navegantes debido a que su belleza les hacía estrellar su nave contra las rocas, Odisea tapó sus oídos con cera y se hizo encadenar al mástil en el Canto XII del libro, según le había aconsejado Circe dos capítulos antes. En definitiva, el mito de las sirenas, habla de unas criaturas que poseen el don de la música y pueden cantar de manera tan hermosa que quiebran la voluntad de los hombres. Sin embargo, su canto los lleva a la muerte. Por ello, actualmente a los engaños fatales se les llama “canto de sirenas”. La repercusión de este mito es enorme en el campo de la literatura. Por poner sólo dos ejemplos, mencionaremos al escritor checo Franz Kafka2 y su cuento El silencio de las sirenas, escrito en 1917.

1Circe (también Kirké) es una poderosa hechicera y diosa de la mitología griega con talento excepcional para preparar pociones mágicas. Era la hija del dios sol Helios y de la oceánide Perseis. El hogar de Circe estaba en la isla de Eea y era custodiado por hombres a los que ella había convertido en lobos y leones

2Para saber más: https://www.elipsis.ec/ensayos-1/el-silencio-del-canto-las-sirenas-y-el-ulises-de-franz-kafka

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