Leyenda del Rey Arturo
En busca del rey Arturo
Camelot
Arturo nace en un encuentro entre Igrayane, esposa de Gorlois, y el rey Uther Pendragón (convertido en Gorlois por el mago Merlín).
El niño fue entregado a sir Ector para que lo criara como si fuera su hijo.
Cuando el rey Uther murió y Arturo cumplió 16 años, Merlín le reveló su verdadera paternidad después de que el joven lograra sacar una espada clavada en un yunque que nadie podría sacar de no ser “el verdadero rey de toda Inglaterra”
Bajo el reinado de Arturo, Inglaterra gozó de doce años de paz, en los que floreció la caballería.
Arturo reunió en su castillo de Camelot a los más valientes caballeros de su reino: Lancelot, Gawain, Percival... y los sentó alrededor de una gran mesa redonda con sus nombres gravados en oro en sus respectivas sillas. Sus señas de identidad eran: combatir el crimen y la crueldad, ser misericordiosos, no mentir, respetar y proteger a las mujeres...
Los caballeros viajaban desde Camelot para luchar contra dragones, duendes y gigantes. Sus encuentros contra las fuerzas del mal generalmente ocurrían en castillos embrujados, bosques sombríos y jardines mágicos. Más tarde volvían a la corte para contar sus hazañas.
Arturo trajo a Camelot a Ginebra para ser su reina, pero Lancelot se enamoró de ella. Al ser descubiertos, Arturo salió tras ellos. Encargó su reino a Mordred, el cual se apoderó del reino. A su vuelta, Arturo se enfrentó con él a muerte. Mordred, antes de morir, hirió al rey. Los fieles súbditos de Arturo pusieron al moribundo en una barca que navegó rumbo a Avalón, mítica isla de los santos y tierra de las manzanas que simbolizan la eterna juventud que aguarda a los héroes vencedores. Se dice que Arturo fue curado en Avalón y muchos seguidores profetizaron su regreso. (Esta historia atrajo especialmente a los románticos ingleses, como lo muestra el poema The Lady of Shalott de Lord Alfred Tennyson, bellamente ilustrado en el cuadro homónimo del pintor John William Waterhouse, musicado por Loreena Mckennitt)
Inglaterra en la época de Arturo
Se supone entre el fin del siglo V y principios del siglo VI. Se da como fecha de su última batalla con Mordred los años 537 y 542.
Un siglo antes, los romanos se retiraban gradualmente de la colonia inglesa al no poder resistir la invasión de las tribus bárbaras. A continuación, llegaron varios guerreros a pelear contra invasores bárbaras y también entre si. No se sabe de ningún reino unificado ni de gobernante que tuviera algo mas que poder local. El cristianismo no se introdujo en Inglaterra hasta que en el 597 llegó san Agustín con sus cuarenta monjes. Esto fue lo que marcó el inicio de la Edad Media para Inglaterra. Si se da crédito al monje galés Nennius, un guerrero llamado Arturo dirigió la resistencia contra los invasores. Unos años más tarde un galés anónimo escribió una cronología de la historia británica y en ella se cita en el año 537 la “Batalla de Camlann, en la que cayeron Arturo y Medraut” (no es difícil pensar que Medraut era Mordred)
Leyenda del rey Arturo
Son un grupo de relatos de varios autores y en varias lenguas que se desarrollan el la Edad Media y tratan sobre Arturo, rey semihistórico de los britanos y sus caballeros de la tabla redonda; Se les llamaba así porque se reunían en una mesa redonda para que no hubiese diferencia de rango entre ellos a la hora de sentarse. Solo el rey era “primus inter pares” (primero entre iguales).
Las primeras referencias escritas las encontramos en fuentes galesas y en cuentos en latín.
La primera narración artúrica extensa procede de la “Historia Regum Britanniae” (1139) del escritor ingles Godofredo de Monmouth, en la que se dice que Arturo es el hijo del rey británico Uther Pendragon, aparece Merlín, se menciona la isla de Avalón, narra la infidelidad de Ginebra y la rebelión de Mordred.
En el “Roman de Brut” (1205) del poeta Layamon se describe a Arturo como un guerrero épico y se narra por primera vez la historia de su espada mágica, Excalibur.
Los romances artúricos franceses más antiguos son una serie de poemas llenos de ideales caballerescos y amor cortesano del trovador del siglo XII Chrétien de Troyes de los que podemos destacar: “Perceval o la historia del Grial”, -la primera versión literaria de la leyenda del Santo Grial. Este era, según la leyenda, el cáliz sagrado que usó Jesucristo en la última cena. El Grial poseía muchas propiedades milagrosas, como proporcionar alimento a los que estaban libres de pecado, cegar a los impuros de corazón o dejar mudo al irreverente que llegaba a su presencia. Según la leyenda, fue buscado piadosamente por los caballeros del rey Arturo, como se cuenta en: Erec y Enide y Lancelote en prosa o el caballero de la carreta, donde se presenta el rival amoroso del rey Arturo. Chrétien de Troyes está considerado como el precursor del romance medieval y fue admirado y elogiado por Dante por su aportación al verso narrativo francés.
Los romances artúricos ingleses de los siglos XIII y XIV se refieren a los caballeros, sobre todo a Gawain (en castellano, Galván). La obra maestra de todos ellos fue Sir Gawain y el caballero verde (1370) de autor anónimo.
Varios de estos cuentos artúricos fueron reescritos por Sir Thomas Malory en la primera gran epopeya en prosa de la literatura inglesa La muerte de Arturo; esta obra, que fue publicada en 1485 por el primer impresor ingles, William Caxton, abarca veintiún volúmenes; está escrita en prosa poética y destaca por su riqueza, dignidad, sencillez y melodía.
Muchos escritores han adaptado las historias de Arturo, sus caballeros y la corte de Camelot a los gustos y temas contemporáneos.
El poeta Edmund Spenser idealizó a Arturo como el perfecto caballero en su alegória épica de la sociedad isabelina La reina de las hadas (1590-1599) y Alfred Tennyson también se basó en estas historias para su obra Idilios de rey (1859-1885)
La música también se ha interesado por las leyendas artúricas, por ejemplo “Parsifal” de Richard Wagner (1882)
El mago Merlín
Merlín es posiblemente el personaje más extraño de la leyenda del rey Arturo.
Hijo de una mujer piadosa y un íncubo, espíritu maligno etéreo del que se decía que atacaba a los inocentes por la noche.
Al nacer, Merlín, fue llevado a la pila bautismal, por lo que no heredó la naturaleza maligna de su padre, pero sí tuvo ciertos poderes sobrenaturales. Conocía el pasado y predecía el futuro, y podía transformarse a voluntad en la forma que deseara: duende, perro, venado, mujer...
Antes de escribir su Historia de los reyes de Inglaterra Godofredo de Monmouth escribió un breve tratado en latín llamado El pequeño libro de Merlín que hizo pública la figura del mago.
LOS CABALLEROS DE LA TABLA REDONDA
LOS CABALLEROS DE LA TABLA REDONDA
Una de las leyendas más conocidas y más queridas, sobre todo por los niños, es la que rodea a la figura del Rey Arturo y a sus valientes caballeros. Estos, llamados de la Mesa Redonda (o, también, de la Tabla Redonda), se configuran como una orden de caballería mítica que forman parte de las aventuras artúricas en la conocida como materia de Bretaña.
A tenor de esto, la orden caballeresca habría sido creada por Arturo en el momento en el que fue proclamado rey de Britania y estableció su corte en Camelot. Sería el rey de Leodegrance, padre de su esposa Ginebra, quien le regalaría a este la famosa tabla de madera que daría origen a la orden y en torno a la que los caballeros se reunirían.
Se dice que la mesa tenía una capacidad total para ciento cincuenta plazas, aunque no siempre todas ellas estaban cubiertas, y en sus asientos se sentaron los más dignos y nobles caballeros que existieron en la época.
Lo cierto es que la gran importancia que se le fue dando a la Mesa radicaba en el hecho de que, por su forma, nadie la presidía por lo que las jerarquías quedaban en teoría anuladas en el momento en que los caballeros se sentaban en ella.
No sería hasta que se comenzase la intensa búsqueda para localizar el Santo Grial cuando la Orden comenzaría a decaer, ya que muchos de estos caballeros partieron a la aventura; su final definitivo llegaría cuando la malvada hermana del rey, la bruja Morgana, sacó a la luz el amor adúltero que existía entre la reina Ginebra y el primer caballero del rey, Lancelot, lo que llevaría al Reino a una Guerra Civil y traería la muerte del rey a manos de Mordred, hijo de Morgana. Cuenta la leyenda que el mítico rey está enterrado en la isla de Avalón.
¿Quiénes eran esos caballeros? Si se recogen los que salen nombrados entre todas las leyendas son más de ciento veinte, sin embargo los más importantes Caballeros de la Mesa Redonda fueron doce, que se conocen como “los doce grandes”:
1. El Rey Arturo Pendragón
El principal caballero de la Mesa Redonda. El pacificador de Gran Bretaña y el poseedor de la espada mágica. Es la idealización del monarca, perfecto tanto en la guerra como en la paz.
2. Sir Lancelot del Lago
El “más fiel” de los caballeros de Arturo, estuvo implicado en la búsqueda del Santo Grial y tuvo una historia de amor con la reina Ginebra. Su origen es incierto, aunque las leyendas cuentan que fue un bebé robado por un hada del agua. Engañado por Elaine, hija del rey Pelles, tuvo con ella un hijo.
Es el hijo bastardo de Lancelot y Elaine. Su virtud es la pureza conseguida por una vida sin pecados y es el único que puede llegar a alcanzar el Grial.
Es un noble cuya madre crió alejado del mundo caballeresco al que finalmente se unió fascinado. Entró con Sir Galahad en el castillo del Grial y en algunas versiones su amada se llamaba Blancaflor. Su historia ha sido utilizada con variaciones en la literatura moderna.
Es el nombre de una pareja de caballeros de la mesa redonda, padre e hijo. El padre fue uno de los principales colaboradores de Arturo y el hijo es el tercer caballero que llegó hasta el Grial.
6. Sir Bedevere
Mariscal del rey, es el que devuelve a la Dama del Lago la espada del monarca: Excalibur.
7. Sir Tristan de Leonis
Tiene su origen en el folclore celta. Es el segundo caballero más valiente, pero en ocasiones recurre a trucos y se aleja del alto nivel moral que se exige a un caballero. Es el protagonista de la leyenda medieval de Tristán e Isolda.
8. Sir Gawain
Es hijo de Morgana, la hechicera hermana de Arturo. Fervorosamente leal al rey Arturo, en ocasiones se muestra temerario. Es uno de los primeros caballeros en formar parte de la mesa redonda.
9. El Rey Pellionore
Se convirtió en amigo de Arturo tras vencerlo y romperle la espada de la piedra. Se decía que era descendiente de la estirpe real de José de Arimatea, los conservadores del Grial. Fue padre de Sir Perceval.
10. Sir Lamorak de Gales
Era el caballero más rápido. Hijo también del rey Pellionore fue señor de Gales y murió a manos de Mordred, el supuesto hijo de Morgana y Arturo.
La muerte de Sir Lamorak. Ilustración de una edición de 1922 del libro The Boy’s King Arthur (Sidney Lanier, 1880)
11. Sir Gaheris
Es quizá el menos importante de los “12 grandes”. Es el escudero de su hermano mayor Gawain. Por un asesinato es desterrado de la corte, aunque más tarde vuelve a aparecer en ella.
12. Sir Kay, el Senescal
Es conocido por todos gracias a la película de Disney. Arturo fue adoptado por el padre de Kay, sir Héctor que lo nombró escudero de su hijo. Kay acaba siendo caballero de la Mesa Redonda tras reconocer a Arturo y arrepentirse de su conducta intentando apropiarse del mérito de sacar la espada de la piedra.
https://www.youtube.com/watch?v=bJG1rsIr1Ao
Robin Hood, el príncipe de los ladrones. 1991.: fragmento:
https://www.youtube.com/watch?v=zi4El5SolVU
Rey Arturo: La leyenda de Excalibur (2017):
LA MUERTE DE ARTURO
Es la versión de sir Thomas Malory sobre la historia del Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda, basada en varias leyendas inglesas y francesas.
Los libros finales de la obra (libros XVIII al XXI), relatan la caída final del reino. La acción del Libro XVIII comienza casi inmediatamente después del retorno de Sir Bors y Sir Lanzarote, y el regocijo causado en la corte por el hallazgo del Santo Grial y el fin de la aventura. En seguida, Sir Lanzarote cae enamorado nuevamente de la reina Ginebra, esta vez con más fervor que antes. Los 25 capítulos del libro narran las hazañas de Lanzarote, incluyendo el cómo salva a la reina Ginebra de ser ejecutada, acusada de traición y asesinato. En el Libro XIX, Ginebra es capturada por Sir Meliagaunt cuando aquella salió a recoger flores. Meliagaunt sentía amor por la reina desde hacía años, pero nunca se había atrevido a acercarse por temor a Lanzarote, el Caballero de la Carreta. Aunque Ginebra salió escoltada por diez caballeros de la mesa redonda, los caballeros de Meliagaunt los duplicaban en número, así que son capturados junto con Ginebra. Sir Lanzarote es quien llega a rescatar a la reina, matando a Meliagaunt. El Libro XIX consta de trece capítulos.
En los dos libros finales, el reino ha entrado en la espiral de su destrucción. En los 22 capítulos del Libro XX, Sir Agravain, hijo de la hermana de Arturo, Morgawse, y Lot de Orkney, apoyado por Sir Mordred, hijo incestuoso de Morgawse y Arturo, manifiesta su descontento por el adulterio vivido entre la reina y Lanzarote. Agravain habla al respecto con Arturo, y le propone emboscar a Lanzarote para encontrarlo en flagrancia. Así lo hicieron, sorprendiendo a Lanzarote y a la reina en pleno "acto amoroso". Lanzarote se armó para combatir con lo que tenía a disposición, consiguiendo matar a Agravain y a doce caballeros. Sir Mordred consiguió escapar, herido. Al llegar Mordred a Camelot, relató al rey la suerte de Agravain y los demás, y de la traición de Ginebra y Lanzarote. Arturo entonces declaró la guerra en contra de Lanzarote, y llevó a su ejército a asediar el castillo de su enemigo. El Papa intercedió en el conflicto, y Lanzarote partió a Francia acompañado de numerosos caballeros, entre ellos sus primos Sir Bors y Sir Lionel. Arturo fue en su persecución, dejando a Mordred a cargo del reino, con el título de gobernador principal de toda Inglaterra.
Mordred aprovecha la oportunidad para usurpar el trono, y al principio del Libro XXI, hace correr el rumor de que Arturo había muerto en combate. En consecuencia, hizo nombrar a un parlamento nuevo, y se hizo elegir rey. Después, intentó casarse con la reina Ginebra, aunque esta consiguió escapar para refugiarse en la Torre de Londres. Cuando Arturo se enteró de lo que Mordred hacía en su reino, se vio obligado a retirarse de la guerra que sostenía contra Lanzarote. Mordred lo aguardó en Dover para evitar que desembarcara; los ejércitos se enfrascaron en una batalla donde murió Sir Gawain, sobrino de Arturo. Mordred y su ejército huyeron a Canterbury. Mientras Arturo lo buscaba infructuosamente, Mordred reclutó muchos caballeros. Los dos personajes se encontraron en Salisbury, donde tuvo lugar la batalla final entre ambos. La noche anterior a la batalla, Arturo había soñado que Gawain le pedía no luchar con Mordred, pues ello le traería su propia muerte. En ese sueño, Gawain le aseguró que Mordred sería derrotado por Lanzarote en un mes, y Arturo recobraría su reino. Arturo pactó entonces una tregua con Mordred, y se reunió para debatir con él. Desafortunadamente, uno de los caballeros que atestiguaban la reunión, desenvainó su espada para matar una víbora. Las huestes de ambos lados pensaron que esa era una señal para el comienzo de la lucha, y se lanzaron a la carga, desencadenando la batalla no deseada por el rey. En el combate final del rey Arturo, éste atraviesa el cuerpo de Mordred con su lanza. Mordred, agonizante, avanza sobre la lanza y consigue asestar un golpe mortal al rey. Con la ayuda del caballero Sir Bedevere, el moribundo rey Arturo envía la espada Excalibur al fondo de un lago, donde la mano de la Dama del Lago surge del agua y recibe la espada. En seguida, Bedevere sube al rey a la barca en la que va Morgana, ahora arrepentida de todo lo malo que hizo por el rey, que lo transportará a la isla de Avalón, donde intentarán sanar su herida. Más tarde, Sir Bedevere encuentra una tumba sin nombre cerca de Glastonbury, y sospecha que quien allí está enterrado es el rey Arturo.El libro termina relatando el destino de Ginebra, quien antes de morir, se retira a un convento; y el de Lanzarote, quien retorna a Inglaterra para enterarse de lo sucedido, y se convierte en ermitaño. El Libro XXI está dividido en trece capítulos.