COMENTARIO DE UN TEXTO LÍRICO
Comentario del soneto de Garcilaso
“Escrito está en mi alma vuestro gesto”
Soneto V
Escrito está
en mi alma vuestro gesto
y
cuanto yo escribir de vos deseo:
vos
sola lo escribisteis, yo lo leo
tan
sólo, que aun de vos me guardo en esto.
En esto estoy
y estaré siempre puesto,
que
aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de
tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando
ya la fe por presupuesto.
Yo no nací
sino para quereros:
mi
alma os ha cortado a su medida;
por
hábito del alma misma os quiero.
Cuanto tengo
confieso yo deberos:
por
vos nací, por vos tengo la vida,
por
vos he de morir y por vos muero.
Para una información más completa sobre Garcilaso, podéis acudir a la página web de Garcilaso.
1.- Localización del texto en su contexto. La lírica amorosa renacentista
El poema propuesto
es un soneto de Garcilaso de la Vega, poeta cuya producción se
enmarca dentro del Renacimiento.
Este
movimiento se desarrolla durante el siglo XVI, y se caracteriza
fundamentalmente por una recuperación de la cultura
clásica (Grecia
y Roma antiguas), que se traslada a todas las corrientes artísticas.
La lírica
renacentista sigue el modelo marcado en Italia por Petrarca. La
poesía de este constituye una expresión amorosa hacia una dama
ideal, inalcanzable,
lo que convierte su amor en una relación casi imposible. Esta poesía
se inspira en la teoría neoplatónica
del
amor, según la cual, la amada es un ser perfecto, inalcanzable, de
manera que el amante sólo puede acceder a ella por la vista: el amor
es un sentimiento que entra por los ojos y llega hasta el corazón. Y
este sentimiento tan puro purifica a su vez al amante, elevándolo,
haciéndolo más espiritual. Pero la imposibilidad de ese amor hace
que los sentimientos del amante vayan desde la esperanza exaltada
hasta el dolor y el abatimiento ante la certidumbre de que nunca
podrá alcanzar a su amada.
Es frecuente que el poeta exprese sus
sentimientos mediante la descripción de la naturaleza, una
naturaleza
bella,
serena, pero idealizada (locus
amoenus),
o bien reflejándolos en las relaciones entre los protagonistas de la
mitología
griega
o romana, o bien poniéndolos en boca de pastores,
unos
pastores idealizados que, en lugar de cuidar del ganado, se pasan el
día tocando instrumentos y cantando canciones en las que se lamentan
del desamor que les muestra una bella pastora (égloga).
Desde el punto de vista formal, la lírica renacentista responde a un estilo sencillo y natural, con un lenguaje claro, sin rebuscamiento. En cuanto a la métrica, triunfa una nueva medida de verso, importada de Italia: el endecasílabo. Este nuevo verso se emplea preferentemente en una nueva estrofa, también imitada de la poesía petrarquista: el soneto. Pero también se utiliza en octavas, tercetos encadenados y, en combinación con heptasílabos, en canciones, liras y silvas. En todas estas nuevas formas métricas se emplea la rima consonante.
Garcilaso
nace
hacia 1501 y muere en 1536. Perteneciente a una noble familia
castellana, ingresó en la corte del emperador Carlos I y tomó parte
en numerosas batallas.
Prototipo
de hombre renacentista, conjugó su actividad militar con su afición
a las letras. Animado por su amigo Boscán, se sumó a la corriente
poética petrarquista y adaptó la nueva métrica y la nueva temática
de amor neoplatónico al lenguaje poético castellano.
Es autor de
cuarenta sonetos, tres églogas, cinco canciones, dos elegías… Su
obra, escrita entre 1526 y 1535, fue publicada tras su muerte por
Boscán, en 1543.
Muchas de sus composiciones reflejan la pasión
de Garcilaso por la dama portuguesa Isabel Freyre, de quien el poeta,
a pesar de estar casado, se enamoró en 1526. La muerte de la joven,
en 1533, le afectó profundamente.
2.- Determinación del tema.
En esta composición, el poeta se dirige a su dama para expresarle su amor. Se trata de un amor inmenso, incondicional, que incluso la diviniza, llevándole a reconocer que su propia existencia se la debe a ella.
3.- Distribución de su estructura y resumen de su argumento.
En el primer cuarteto,
Escrito está
en mi alma vuestro gesto
y
cuanto yo escribir de vos deseo:
vos
sola lo escribisteis, yo lo leo
tan
sólo, que aun de vos me guardo en esto.
el poeta se dirige a su amada para reconocer ante ella que lleva su imagen impresa en el alma. Obviamente, no se trata sólo de la imagen, sino de todo su espíritu; entre ellos se ha producido una comunión espiritual, de tal manera que los versos que el poeta escribe, es como si no los escribiera él, sino ella, y él simplemente los leyera. Esto, más allá del hecho puramente literario, supone que el poeta reconoce que su voluntad, sus pensamientos y su entendimiento, ya no responden más que a la voluntad, los pensamientos y el entendimiento de su amada.
En el segundo cuarteto,
En esto estoy
y estaré siempre puesto,
que
aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de
tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando
ya la fe por presupuesto.
el poeta admite su inferioridad con respecto a su amada: él siente que no la merece . Todo en ella es tan perfecto, que la diviniza: admite con fe cualquier cosa que piense o sienta hacia ella, por muy difícil de entender que resulte, por el simple hecho de que sabe que procede de ella.
En el primer terceto,
Yo no nací
sino para quereros:
mi
alma os ha cortado a su medida;
por
hábito del alma misma os quiero.
el poeta reconoce que su vida sólo tiene sentido en cuanto que la ama a ella. Y a continuación lo explica: tanto se ha unido el alma del poeta con el de su amada, que el amor hacia ella ya constituye un hábito, algo interiorizado en él.
Y en el segundo terceto,
Cuanto tengo
confieso yo deberos:
por
vos nací, por vos tengo la vida,
por
vos he de morir y por vos muero.
el poeta nuevamente idealiza a de la amada, pues a ella le debe cuanto es. Y a continuación lo explica: vive gracias a ella y muere por ella.
En conclusión, el poema podría sintetizarse en estas palabras: Amada mía, os llevo impresa en mi alma, hasta tal punto, que cuanto pienso y siento, es decir, cuanto soy, os lo debo a vos.
4.- Comentario de la forma y estilo.
Se trata, como ya ha
quedado señalado, de un soneto, estrofa
de catorce versos endecasílabos (once sílabas, arte mayor, por
tanto), agrupados en dos cuartetos y dos tercetos.
La distribución de
la rima es la siguiente:
11 A
11 B
11
B
11 A
11 A
11 B
11
B
11 A
11 C
11 D
11 E
11 C
11 D
11 E
Para el cómputo silábico es necesario recurrir a procedimientos como la sinalefa (unión de dos vocales en una misma sílaba) y el hiato (separación de dos vocales que, de forma natural, se pronunciarían juntas):
–
Sinalefas:
Escrito_está_en
(v.
1)
yo_escribir
(v.
2)
que_aunque
(v.
6)
alma_os
(v.
10)
misma_os
(v.
11)
– Hiatos:
mi
– alma
(v.
1)
mi
– alma
(v.
10)
Además, podemos encontrar varias figuras retóricas, tales como:
– Hipérbaton
(desorden
voluntario en los elementos de la oración):
Escrito
está en mi alma vuestro gesto /
y
cuanto yo escribir de vos deseo. (vv.
1 y 2)
Vuestro gesto está
escrito en mi alma, y cuanto yo deseo escribir de vos.
O, dicho de
un modo un poco menos rígido: En mi alma está escrito vuestro gesto (vuestro rostro) y cuanto yo deseo escribir de vos.
De tanto bien cuanto no entiendo creo (v. 7)
Creo cuanto no entiendo de tanto bien.
Cuanto tengo confieso yo deberos (v. 12)
Yo confieso deberos cuanto tengo.
– Anáfora (repetición de la misma palabra al principio de varios versos o varias frases):
por
vos nací, por vos tengo la vida,
por
vos he de morir y por vos muero (v.
13-14).
Se trata de una anáfora que consiste en la repetición de
“por vos” al principio de cuatro oraciones: dos al comienzo de
verso y dos en posición interior.
–Paralelismo
(repetición
de una estructura sintáctica en varias oraciones):
La anáfora
señalada entraña un paralelismo, ya que se repite la estructura
“por vos + verbo”.
–Aliteración
(repetición
de un sonido):
Se percibe un predominio de sonidos dentales /t/ y
/d/ y de silbante /s/ en el primer cuarteto.
Escrito
está
en mi alma vuestro
gesto
y
cuanto
yo escribir
de vos
deseo:
vos
sola
lo escribisteis,
yo lo leo
tan
sólo,
que aun de vos
me
guardo
en esto.
– Encabalgamiento (sintagma que queda cortado en dos partes) entre el tercer y el cuarto versos: yo lo leo / tan sólo.
– Juegos
de palabras (relación
entre la forma o el contenido de dos o más palabras
cercanas):
Encontramos juegos de palabras en escrito,
escribir,
escribisteis
(primer
cuarteto); estoy, estaré
(segundo
cuarteto); quereros,
quiero
(primer
terceto), y morir,
muero
(segundo
terceto).
- Doble
sentido:
Por hábito del alma misma os quiero.
La palabra “hábito” tiene aquí un sentido equivalente a “costumbre”. Pero también parece hacer referencia, en sentido figurado, a un hábito que el alma del poeta se habría confeccionado y con el que se habría vestido (mi alma te ha cortado a su medida).
– Personificación:
atribución de
cualidades humanas a algo que no las tiene.
Mi
alma os ha cortado a su medida (v.
10).
Aunque no hay nada más humano que el alma, no tiene la
capacidad de cortar. En este caso, se corresponde con el doble
sentido de la palabra “hábito”.
– Hipérbole
(exageración):
Por
vos muero (v.
14).
El poeta emplea el verbo morir en presente para expresar el
sufrimiento de un amor no correspondido.
En el texto se
aprecia un predominio
de oraciones simples y
coordinadas. Por ejemplo, el primer terceto está formado por tres
oraciones simples, una por verso.
La subordinación
es
casi inapreciable. Por ejemplo, en el primer cuarteto se suceden
igualmente oraciones simples, con una conjunción “que” al final,
con un significado causal.
En el segundo cuarteto encontramos dos
conjunciones seguidas: “que aunque”, la primera causal y la
segunda concesiva. Se trata de una subordinada dentro de otra; sin
embargo, no presenta demasiada complejidad sintáctica.
En conclusión,
desde el punto de vista formal, puede decirse que Garcilaso emplea un
estilo
culto, pero con un lenguaje claro y
unos recursos retóricos fácilmente comprensibles.
Esta sencillez
lingüística y estilística hace que el soneto sea elegante y no
resulte difícil de comprender.
5.- Comentario del contenido.
En el poema se aprecia un predominio de palabras del campo semántico de lo espiritual y de los sentimientos, todas ellas relacionadas con el tema. Así, por ejemplo, los sustantivos alma (vv. 1 y 10), gesto (v. 1), fe (v. 8) y vida (v. 13). Pero si algo llama la atención es la abundancia de verbos. No se trata de verbos de acción, más propios de narraciones, sino que se refieren asimismo al ámbito de lo espiritual y de los sentimientos: escribir (v. 2), deseo (v. 2), escribisteis (v. 3), leo (v. 3), veo (v. 6), entiendo (v. 7), creo (v. 7), nací (b. 9), quereros (v. 9), quiero (v. 11) confieso (v. 12), morir (v. 14) y muero (v. 14).
También adquieren relevancia los pronombres, fundamentalmente de segunda persona, en las formas del antiguo tratamiento de respeto: vos (vv. 2, 3, 4, 6, 13 y 14), os (vv. 9, 10, 11 y 12) y vuestro (v. 1), lo que supone su presencia en casi todos los versos. En menor medida aparecen los de primera persona: yo (vv. 2, 3, 9 y 12), mí (v. 6), me (v. 4) y mi (vv. 1 y 10). Y es que la figura que ocupa el centro del poema, y a la que el poeta dirige sus palabras, es la amada; de ahí la presencia constante de la segunda persona.
En efecto, en
la amada se engendra el amor,
y a través de los ojos penetra en el alma del poeta. Y eso es lo
único a lo que el amante debería aspirar: a llevarla dentro del
alma. Porque sus cualidades la sitúan en un plano superior, la
divinizan…
la
hacen inalcanzable.
Esta concepción del amor como una relación
tan sumamente desigual procede, de forma inmediata, de la poesía
petrarquista,
que a su vez se inspira en el neoplatonismo.
Según esta corriente, el amor es un sentimiento
puro,
espiritual, en absoluto carnal, que entra por los ojos directamente
al alma; consiste sobre todo en una adoración que el amante siente
hacia la amada, la cual se encuentra en un plano tan superior con
respecto a él, que resulta inalcanzable,
y
eso hace, por tanto, su amor imposible. Experimentar este amor tan
puro purifica al amante, le hace más espiritual.
La expresión de
amor alcanza su punto álgido cuando el amante idolatra
a la amada:
cree en ella con auténtica fe, reconoce que le debe la vida,
manifiesta su voluntad de morir por ella…
A lo largo del
soneto se percibe una gradación
en la intensidad de
la declaración.
En el primer cuarteto plantea el amor como un
sentimiento que le posee: ha
interiorizado a su amada,
la lleva dentro del alma (el “gesto”
representaría
por metonimia a la amada), y eso afecta a su labor intelectual, a sus
pensamientos, pero sobre todo a su capacidad creativa: él tan sólo
puede leer lo que ella va dictándole desde dentro y, mediante la
mano y la pluma del poeta, escribe.
En el segundo cuarteto, amplía
lo anterior, partiendo del verso “En
esto estoy y estaré siempre puesto”
(o, lo que es lo mismo: esto que acabo de decir lo admitiré
siempre); el futuro acompañado del adverbio “siempre” constituye
una declaración de intenciones sobre lo eterno de su amor. Y a
partir de ahí comienza la declaración de la
idealización
de la amada,
al equiparar la reflexión sobre sus sentimientos con un acto de
fe.
Los dos tercetos tienen un contenido similar: la
amada da sentido a la vida del poeta.
Pero el segundo gana en intensidad: sería la conclusión.
En este
último se produce una nueva gradación, condensada en dos versos,
que encierran la razón de vivir para el poeta, mediante un juego de
conceptos entre la vida y la muerte:
por
vos nací, por vos tengo la vida, /
por
vos he de morir y por vos muero. Se
trata de una gradación encerrada en la progresión nacer, vivir,
estar condenado a morir y, por último, morir.
El primero en
pasado, los demás en presente. Y es que, para el poeta, que debe a
su amada la vida, vivir enamorado de ella y no ser correspondido es
casi como estar ya muerto.
En todo el poema nos
desenvolvemos en el ámbito de lo sacro-profano.
La
expresión “escrito está”, que abre el primer cuarteto, parece
una alusión a las Sagradas Escrituras. En el segundo cuarteto, la
declaración de creer en la amada con fe la eleva a una condición
casi divina. Y es que llevar a la amada impresa en el alma define una
relación tan espiritual como la que se establece con la divinidad.
Esta consideración se confirma en el último terceto, que resume el
contenido del soneto completo: el poeta reconoce que es a su amada a
quien le debe la vida.
6.- Interpretación, valoración, opinión.
En este soneto,
Garcilaso expresa
sus sentimientos hacia
su amada, elevándola a un plano idealizado.
En la lírica
renacentista, el amor adquiere una consideración similar a la
adoración:
la amada es un ser perfecto, y por tanto fuera del alcance del
amante; entre ellos se establece, pues, únicamente una relación
espiritual (según los principios de la doctrina neoplatónica sobre
el amor).
Garcilaso reconoce aquí deber la vida a su amada, como
si del Creador esta se tratara, pero a la vez lamenta estar muriendo
por su causa, al no ver correspondido su amor.
Es este un concepto del sentimiento amoroso que, con el paso del tiempo, se ha ido viendo superado por una consideración de la mujer como un ser inferior. Actualmente, la tendencia que se impone es la igualdad entre hombre y mujer en la relación amorosa.
Extraído de : https://trabajosdeliteratura.wordpress.com/2016/02/29/comentario-2-0-de-un-soneto-de-garcilaso-de-la-vega/