Origen del nombre Job:
Significado del nombre Job:
Viene de Ayûb: "perseguido, odiado"
Historia del nombre Job:
Job es el patriarca bíblico que se ha convertido en el símbolo de la paciencia y el sufrimiento. Dios hizo que lo perdiera todo y enfermara, pero nunca dejó de tener fe.
EL LIBRO DE AYÛB (JOB)
Integridad y riquezas de Job
Hubo un hombre en la tierra de Uz llamado Job; y era aquel hombre intachable, recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Y le nacieron siete hijos y tres hijas. Su hacienda era de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y muchísima servidumbre; y era aquel hombre el más grande de todos los hijos del oriente. Sus hijos solían ir y hacer un banquete en la casa de cada uno por turno, e invitaban a sus tres hermanas para que comieran y bebieran con ellos.Y sucedía que cuando los días del banquete habían pasado, Job enviaba a buscarlos y los santificaba, y levantándose temprano, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque Job decía: Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones. Así hacía Job siempre. Hubo un día cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse delante del Señor, y Satanás vino también entre ellos. Y el Señor dijo a Satanás: ¿De dónde vienes? Entonces Satanás respondió al Señor, y dijo: De recorrer la tierra y de andar por ella.Y el Señor dijo a Satanás: ¿Te has fijado en mi siervo Job? Porque no hay ninguno como él sobre la tierra, hombre intachable y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Respondió Satanás al Señor : ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No has hecho tú una valla alrededor de él, de su casa y de todo lo que tiene, por todos lados? Has bendecido el trabajo de sus manos y sus posesiones han aumentado en la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, verás si no te maldice en tu misma cara. Entonces el Señor dijo a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu poder; pero no extiendas tu mano sobre él. Y Satanás salió de la presencia del Señor.
Job 1, 1-12
Dios convence a Job de su ignorancia
38 Entonces el Señor respondió a Job desde el torbellino y dijo:
2¿Quién
es éste que oscurece el consejo
con palabras sin
conocimiento?
3Ciñe
ahora tus lomos como un hombre,
y yo te preguntaré, y tú me
instruirás.
4
¿Dónde
estabas tú cuando yo echaba los cimientos de la tierra?
Dímelo,
si tienes inteligencia.
5
¿Quién
puso sus medidas?, ya que sabes,
¿o quién extendió sobre ella
cordel?
6
¿Sobre
qué se asientan sus basas,
o quién puso su piedra
angular
7 cuando
cantaban juntas las estrellas del alba,
y todos los hijos de Dios
gritaban de gozo?
8
¿O
quién
encerró
con puertas el mar,
cuando, irrumpiendo, se salió de su
seno;
9
cuando
hice de una nube su vestidura,
y de espesa oscuridad sus
pañales;
10
cuando
sobre él establecí límites,
puse puertas y cerrojos,
11
y
dije: “Hasta aquí llegarás, pero no más allá;
aquí se
detendrá el orgullo de tus olas”?
12
¿Alguna
vez en tu vida has mandado a la mañana,
y
hecho
conocer al alba su lugar,
13
para
que ella eche mano a los confines de la tierra,
y de ella sean
sacudidos los impíos?
14
Ella
cambia como barro bajo
el
sello;
y como con vestidura se presenta.
15
Mas
se quita la luz a los impíos,
y se quiebra el brazo levantado.
16
¿Has
entrado hasta las fuentes del mar,
o andado en las profundidades
del abismo?
17
¿Te
han sido reveladas las puertas de la muerte,
o has visto las
puertas de la densa oscuridad?
18
¿Has
comprendido la extensión de la tierra?
Dímelo,
si tú sabes todo esto.
19
¿Dónde está el camino a la morada de la luz?
Y
la oscuridad, ¿dónde está su lugar,
20
para que la lleves a su territorio,
y para que
disciernas los senderos de su casa?
21
¡Tú lo sabes, porque entonces ya habías
nacido,
y grande es el número de tus días!
22
¿Has entrado en los depósitos de la nieve,
o
has visto los depósitos del granizo,
23
que he reservado para el tiempo de angustia,
para
el día de guerra y de batalla?
24
¿Dónde está el camino en que se divide la luz,
o
el viento solano esparcido sobre la tierra?
25
¿Quién
ha abierto un canal para el turbión,
o un camino para el rayo,
26
¡para
traer lluvia sobre tierra despoblada,
sobre
un
desierto sin hombre alguno,
27
para
saciar la tierra desierta y desolada,
y hacer brotar las semillas
de la hierba?
28
¿Tiene
padre la lluvia?
¿Quién ha engendrado las gotas de rocío?
29
¿Del
vientre de quién ha salido el hielo?
Y la escarcha del cielo,
¿quién la ha dado a luz?
30
El
agua se endurece como la piedra,
y aprisionada está la superficie
del abismo.
31
¿Puedes
tú atar las cadenas de las Pléyades,
o desatar las cuerdas de
Orión?
32
¿Haces
aparecer una constelación a su tiempo,
y conduces la Osa con sus
hijos?
33
¿Conoces
tú las ordenanzas de los cielos,
o fijas su dominio en la tierra?
34
¿Puedes
levantar tu voz a las nubes,
para que abundancia de agua te
cubra?
35
¿Envías
los relámpagos para que vayan
y te digan: “Aquí estamos?”
36
¿Quién
ha puesto sabiduría en lo más íntimo del
ser,
o
ha dado a la mente inteligencia?
37
¿Quién
puede contar las nubes con sabiduría,
o inclinar los odres de los
cielos,
38
cuando
el polvo en masa se endurece,
y los terrones se pegan entre sí?
39
¿Puedes cazar la presa para la leona,
o saciar
el apetito de los leoncillos,
40
cuando se agachan en sus madrigueras,
o
están al acecho en sus guaridas?
41
¿Quién prepara para el cuervo su alimento,
cuando
sus crías claman a Dios,
y vagan sin comida?
La Biblia de Las Américas. Job 38, 1-43
Dios habla de la naturaleza y sus criaturas
39
¿Conoces tú el tiempo en que paren las cabras monteses ?
¿Has
observado el parto de las ciervas?
2
¿Puedes
contar los meses de su gestación,
o conoces el tiempo en que han
de parir?
3
Se
encorvan, paren sus crías,
y se libran de sus dolores de parto.
4
Sus
crías se fortalecen, crecen en campo abierto;
se van y no vuelven
a ellas.
5
¿Quién
dejó en libertad al asno montés?
¿Y quién soltó las ataduras
del asno veloz,
6
al
cual di por hogar el desierto,
y por morada la tierra salada?
7
Se
burla del tumulto de la ciudad,
no escucha los gritos del
arriero.
8
Explora
los montes buscando
su
pasto,
y anda tras toda hierba
verde.
9
¿Consentirá
en servirte el búfalo,
o pasará la noche en tu pesebre?
10
¿Puedes
atar al búfalo con coyundas para el surco,
o rastrillará los
valles en pos de ti?
11
¿Confiarás
en él por ser grande su fuerza
y le confiarás tu labor?
12
¿Tendrás
fe en él de que te devolverá tu grano,
y de
que lo recogerá
de
tu
era?
13
Baten
alegres las alas del avestruz,
¿acaso con el ala y plumaje del
amor?
14
Porque
abandona sus huevos en la tierra,
y sobre el polvo los
calienta;
15
se
olvida de que algún
pie
los puede aplastar,
o una bestia salvaje los puede pisotear.
16
Trata
a sus hijos con crueldad, como si no fueran suyos;
aunque su
trabajo sea en vano, le es indiferente ;
17
porque
Dios le ha hecho olvidar la sabiduría,
y no le ha dado su porción
de inteligencia.
18
Pero
cuando se levanta en alto,
se burla del caballo y de su jinete.
19
¿Das
tú al caballo su
fuerza?
¿Revistes
su cuello de crines?
20¿Le
haces saltar como la langosta?
Terrible es su formidable
resoplido;
21
escarba
en el valle, y se regocija en su
fuerza;
sale
al encuentro de las armas.
22 Se
burla del temor y no se acobarda,
ni retrocede ante la
espada.
23 Resuena
contra él la aljaba,
la lanza reluciente y la jabalina.
24 Con
ímpetu y furor corre sobre la tierra;
y no se está quieto al
sonido de la trompeta.
25 Cada
vez que la trompeta suena, como
que dice:
“¡Ea!”,
y desde lejos olfatea la batalla,
las voces
atronadoras de los capitanes y el grito de guerra.
26 ¿Acaso
por tu sabiduría se eleva el gavilán,
extendiendo sus alas hacia
el sur?
27 ¿Acaso
a tu mandato se remonta el águila
y hace en las alturas su
nido?
28 En
la peña mora y se aloja,
sobre la cima del despeñadero, lugar
inaccesible.
29 Desde
allí acecha la presa;
desde muy lejos sus ojos la divisan.
30 Sus
polluelos chupan la sangre;
y donde hay muertos, allí está ella.
Job, 39, 1-31
Reto de Dios a Job
40 Entonces continuó el Señor y dijo a Job:
2 ¿Podrá
el que censura contender con el Todopoderoso?
El que reprende a
Dios, responda a esto.
3 Entonces
Job respondió al Señor y dijo:
4 He
aquí, yo soy insignificante; ¿qué puedo yo responderte?
Mi mano
pongo sobre la boca.
5 Una
vez he hablado, y no responderé;
aun dos veces, y no añadiré
más.
6 Entonces
el Señor respondió a Job desde la tormenta y dijo:
7 Ciñe
ahora tus lomos como un hombre;
yo te preguntaré, y tú me
instruirás.
8 ¿Anularás
realmente mi juicio?
¿Me condenarás para justificarte
tú?
9 ¿Acaso
tienes tú un brazo como el de Dios,
y truenas con una voz como la
suya?
10 Adórnate
ahora de majestad y dignidad,
y vístete de gloria y de
esplendor.
11 Derrama
los torrentes de tu ira,
mira a todo soberbio y abátelo,
12 mira
a todo soberbio y humíllalo,
y
pisotea a los impíos donde están.
13 Escóndelos
juntos en el polvo;
átalos[c] en
el lugar oculto.
14 Entonces
yo también te confesaré
que tu mano derecha te puede salvar.
Job 40, 1-14
Confesión y restauración de Job
42 Entonces Job respondió al Señor, y dijo:
2 Yo
sé que tú puedes hacer todas las cosas,
y que ningún propósito
tuyo puede ser estorbado.
3 “¿Quién
es éste que oculta el consejo sin entendimiento?”
Por tanto, he
declarado lo que no comprendía,
cosas demasiado maravillosas para
mí, que yo no sabía.
4 “Escucha
ahora, y hablaré;
te preguntaré y tú me instruirás.”
5 He
sabido de ti sólo de oídas,
pero ahora mis ojos
te ven.
6 Por
eso me retracto,
y me arrepiento en polvo y ceniza.
Job 42, 1-7
10 Y el Señor restauró el bienestar de Job cuando éste oró por sus amigos; y el Señor aumentó al doble todo lo que Job había poseído.11 Entonces todos sus hermanos y todas sus hermanas y todos los que le habían conocido antes, vinieron a él y comieron pan con él en su casa; se condolieron de él y lo consolaron por todo el mal que el Señor había traído sobre él. Cada uno le dio una moneda de plata, y cada uno un anillo de oro. 12 El Señor bendijo los últimos días de Job más que los primeros; y tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. 13 Y tuvo siete hijos y tres hijas. 14 Llamó a la primera Jemina, a la segunda Cesia y a la tercera Keren-hapuc. 15 Y en toda la tierra no se encontraban mujeres tan hermosas como las hijas de Job; y su padre les dio herencia entre sus hermanos. 16 Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos, hasta cuatro generaciones. 17 Y murió Job, anciano y lleno de días.
Job 42, 10 -17
APUNTES DE LITERATURA UNIVERSAL
TEMA 1: LA LITERATURA EN LA ANTIGÜEDAD
Islam: Lecciones del Profeta Ayyub (AS)
La paciencia es una virtud que todos debemos aprender, sin importar a qué clase de vida pertenezcamos.
Hoy vamos a aprender algunas lecciones de paciencia de aquel cuya paciencia se ha convertido en un proverbio – Ayyub (AS), también conocido como el Profeta Job (AS).
Ayyub (AS) fue un profeta de Allah de los descendientes de Ibrahim (AS). Había sido bendecido con todo lo que un hombre puede desear en este mundo; buena salud, familia y mucha riqueza. Pero de repente lo perdió todo como una prueba de Allah. Fue infectado por una repulsiva enfermedad que llevó a todos a abandonarlo excepto a su esposa. Y de alguna manera perdió a sus hijos y su riqueza. Este período de privación duró mucho tiempo. Sin embargo, Ayyub (AS) permaneció paciente, siguió agradeciendo a Allah y se mantuvo firme en su adoración. Allah lo alaba en el Corán en la Surah Sad y en la Surah Anbiya.
«Y recuerden a Nuestro siervo Job, cuando llamó a su Señor, «Ciertamente, Satanás me ha tocado con dificultades y tormentos». [Así que se le dijo], «Golpea [la tierra] con tu pie; este es [un manantial] para un baño y beber». Y le concedimos su familia y un [número] similar con ellos como misericordia de Nuestra parte y un recordatorio para los de la comprensión». (Surah Sad 38: 41-43)
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