jueves, 13 de junio de 2024

LITERATURA UNIVERSAL CONTEMPORÁNEA: esquemas y resúmenes

Para ver la presentación en genially pincha aquí: INFOGRAFÍA


Índice:

  1. LA LITERATURA FIN DE SIGLO (Simbolismo, Decadentismo, Modernismo, Generación del 98)

1.1.- Características

1.2.- Baudelaire y Las flores del mal

1.3.- Los poetas simbolistas franceses

1.4.- Otros poetas simbolistas (W.B. Yeats, P. Valéry, R. M. Rilke)


  1. LAS VANGUARDIAS. LA LÍRICA DEL SIGLO XX


2.1.- Contexto histórico

2.2.- Vanguardias y crisis de Occidente

2.3.- Características de las vanguardias

2.4.- Movimientos de vanguardia

2.5.- Lírica del siglo XX


  1. LA NARRATIVA DEL SIGLO XX


3.1.- La renovación de la narrativa

3.2.- La novela lírica y la novela intel·lectual

3.3.- Ulyses de James Joyce

3.4.- En busca del tiempo perdido de Marcel Proust

3.5.- La metamorfosis de Franz Kafka

3.6.- La generación perdida (Fitzgeral, J. Dos Passos, W. Faulkner, J. Steinbeck)

3.7.- La novela y la segunda guerra mundial

3.8.- La narrativa desde 1945 (Bukowski, Nabokov, J.P. Sartre, A. Camus. J. Saramago, G. Orwell, U. Ecco)


  1. EL TEATRO DEL SIGLO XX

4.1.- Introducción

4.2.- Teatro fin de siglo

4.3.- Teatro del absurdo

4.4.- Teatro existencialista

4.5.- Bertold Brech y el teatro del compromiso

4.6.- Realismo norteamericano



LITERATURA CONTEMPORÁNEA. 

Esquemas.

 1.  LA LITERATURA FIN DE SIGLO (XIX)



(Pincha aquí para leer un artículo interesante que incluye Modernismo y Generación del 98)

1.- CARACTERÍSTICAS:

  • Sentimiento antiburgués

  • esteticismo

  • irracionalismo, antipositivismo

  • hastío

  • deseo de evasión


2.- BAUDELAIRE, Las flores del mal.

  • Rasgos del simbolismo: tedio, búsqueda del ideal,  deshumanización de la ciudad, anhelo de evasión, la mujer (sensualidad, lujuria) o el poeta-vidente, que desvela el sentido oculto de la realidad.

3.- LOS POETAS SIMBOLISTAS FRANCESES:

  • Paul Verlaine

  • A. Rimbaud

  • S. Mallarmé

4.- OTROS POETAS SIMBOLISTAS:

  • W. B. Yeats

  • P. Valéry

  • R.M. Rilke

5.- LA NARRATIVA FIN DE SIGLO

Reacción contra la novela realista:

  • Novela decadentista (O. Wilde)

  • Novela de aventuras (J. Verne, R. Kipling..)

  • Novela de ciencia-ficción (George Orwell)


2. LAS VANGUARDIAS Y LA LÍRICA DEL SIGLO XX



  1. INTRODUCCIÓN: contexto histórico, crisis de Occidente.

  2. CARACTERÍSTICAS DE LAS VANGUARDIAS: primitivismo, antirrealismo, vocación minoritaria y afán de experimentación.

  3. MOVIMIENTOS DE VANGUARDIA: futurismo de Marinetti, Dadaísmo de Tristán Tzara, Expresionismo y Surrealismo de André Bretón.

  4. LA LÍRICA DEL SIGLO XX: principales autores y escuelas poéticas

  • En el ámbito anglosajón: el Modernism de E. Pound y T. S. Eliot o la poesía confidencial de Sylvia Plath

  • Poetas rusos, víctimas de la represión estalinista: W. Szymborska

  • Poetas judíos en lengua alemana, marcados por el nazismo: P. Celan

  • Poesía en español: Juan Ramón Jiménez, la Generación del 27 y los grandes poetas latinoamericanos: César Vallejo, Vicente Huidobro, Pablo Neruda, Octavio Paz...

  1. T.S. .ELIOT (estadounidense): autor de  Tierra baldía y Cuatro cuartetos.

  2. FERNANDO PESSOA (portugués)

3. LA NARRATIVA DEL SIGLO XX


  1. INTRODUCCIÓN: La renovación de la narrativa. Características:

  • Subjetivismo

  • Narrador

  • Argumento

  • Orden de la narración

  • Personajes

  • Papel del lector

  1. NOVELA LÍRICA Y NOVELA INTELECTUAL

  • La novela lírica o poemática: En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust. Siddharta, de Herman Hesse; La muerte en Venecia, de Tomas Mann o La Señora Dalloway y Las olas de Virginia Wolf.

  • La novela intelectual o de ideas: La montaña mágica, de Tomas Mann o El hombre sin atributos, e Robert Musil.

  1. ULISES, de James Joyce

  • Estructura paródica

  • Aspectos formales

  • El monólogo de Molly

  1. EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO de Marcel Proust

  • Temas

  • Aspectos formales

  1. FRANZ KAFKA

  • La vida y la escritura

  • La narrativa de Kafka

  • Obras de Franz Kafka

  1. LA GENERACIÓN PERDIDA

  • Estilo

  • Integrantes

  • Tres novelas: El gran Gatsby, Adiós a las armas y El ruido y la furia.

  1. LA NOVELA Y LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

  • Principales autores y obras

  1. LA NARRATIVA DESDE 1945

  • Los realismos. El neorrealismo italiano

  • El realismo norteamericano

  • Los experimentalismos: monólogo interior, punto de vista múltiple, el contrapunto, la fusión de géneros, la metaficción y la autoficción

  • La novela existencialista. Jean Paul Sartre y Albert Camus.

  • La novela alegórica: Ensayo sobre la ceguera de José Samaniego o El señor de las moscas de W. Golding

  • La novela de ciencia ficción y distopías. Aldous Huxley, Un mundo feliz, La carretera de Cormac McCarthy o 1984, de George Orwell.

  • La novela histórica: El nombre de la rosa, de Umberto Ecco o Memorias de Adriano, de Margerite Yourcenar



4. EL TEATRO DEL SIGLO XX



  1. INTRODUCCIÓN

  • Panorama general

  • Teatro comprometido

  • Teatro alusivo o simbólico

  1. EL TEATRO DE FIN DE SIGLO

  • El teatro simbolista de Oscar Wilde, Salomé

  • Alfred Jarry, Ubú rey

  • Luigi Pirandello, Seis personajes en busca de autor

  1. EL TEATRO DEL ABSURDO

  • Dramaturgos del absurdo

  • Temas y mecanismos dramáticos

  1. EUGENIO IONESCO

  • La cantante calva y otras obras

  1. SAMUEL BECKETT

  • Esperando a Godot y Final de partida

  1. EL TEATRO EXISTENCIALISTA

  • Jean Paul Sartre, La náusea

  • Albert Camus, El extranjero o Calígula

  1. BERTOLD BRECHT Y EL TEATRO ÉPICO

  • Características de su teatro

  • Madre Coraje y sus hijos, y otras obras.

  1. EL REALISMO NORTEAMERICANO

  • Eugene O´Neill, Largo viaje hacia la noche

  • Tenesse Williams, La gata sobre el tejado de zinc caliente y Un tranvía llamado deseo

  • Arthur Miller, La muerte de un viajante o Las brujas de Sallem

  • EL REALISMO BRITÁNICO: J. Osborne, Mirando hacia atrás con ira,  punto de partida del teatro de los Jóvenes airados.


Hasta aquí, el esquema con las ideas, los autores y las obras principales de la literatura contemporánea. A partir de ahora vamos a profundizar un poco más, ampliando la información con resúmenes.


PRIMERA PARTE: LA LITERATURA FIN DE SIGLO.




1.- Características; el espíritu de Fin de siglo.

Fin de siglo es un momento histórico de las últimas décadas del siglo XIX y primera del siglo XX, caracterizado por el cuestionamiento de los valores que habían sustentado la sociedad burguesa. Se pierde la confianza en la primacía de la razón, la ciencia y el conservadurismo moral.

En esta época se desarrolla una amplia constelación de movimientos artísticos y literarios, como, por ejemplo, el art nouveau belga y francés, el simbolismo, el decadentismo y, en el mundo hispánico, el modernismo literario y la Generación del 98.

Sus principales características son: el sentimiento antiburgués, el esteticismo, el irracionalismo y antipositivismo, el hastío y el deseo de evasión.

1.1.- El rechazo del mundo burgués se traduce en la aparición de dos nuevos tipos sociales: el bohemio y el dandi. El bohemio es un artista inadaptado, situado en los márgenes de la sociedad que mantiene comportamientos a veces amorales y autodestructivos. A este mundo pertenecen Paul Verlaine , Arthur Rimbaud o el protagonista de la obra de Ramón María del Valle Inclán, Luces de bohemia. El bohemio recurre con frecuencia al alcohol o las drogas (R. Darío, Baudelaire o Rimbaud)

El dandi se caracteriza por su refinamiento extremo en el vestir, los modales y la forma de hablar. Un buen ejemplo es el escritor irlandés Oscar Wilde.

1.2.- El recharzo de los valores burgueses también dará lugar al ideal del <<arte por el arte>>, es decir, la búsqueda de la belleza o esteticismo como un fin en sí mismo. O. Wilde dice en el Retrato de Dorian Gray: “todo arte es completamente inútil”. Un buen ejemplo son las obras del cartelista checho Alfons Mucha.

1.3.- El irracionalismo o rechazo de la razón emparentan al Fin de siglo con el romanticismo. Por otro lado, si el positivismo había sido el movimiento filosófico subyacente de la novela realista, la literatura de Fin de siglo se emparenta con las doctrinas vitalistas e irracionalistas de tres filósofos: Arthur Schopenhauer, Friedrich Nietzsche o Henri Bergson.

Para el filósofo aleman Schopenhauer, la voluntad lleva al deseo insaciable, irracional y doloroso que solo el arte o la música pueden calmar. El alemán Nietzsche hace una crítica seria de la razón y el cristianismo. Por último, para el filósofo francés H. Bergson, la intuición debe sustituir a la razón como fuente de conocimiento.

1.4.- Ante la imposibilidad de encontrar sentido a la vida, el hastío ( spleen) se convierte en la actitud vital predominante. Este es el tema de varios poemas de Baudelaire.

Otras formas de combatir el vacío existencial son el culto al placer y el erotismo. Algunos ejemplos son: el desnudo femenino en la obra del pintor austríaco Gustav Klimt; la importancia del tema erótico en la obra del poeta nicaragüense Rubén Darío o el motivo de la mujer fatal en Las flores del mal o en la tragedia Salomé, de O. Wilde.

1.5.- El deseo de evasión de una realidad prosaica es una actitud compartida por los poetas finiseculares. <<Yo detesto la vida y el tiempo que me tocó nacer>> escribió R. Darío en las <<Palabras liminares>> de sus Prosas Profanas. Esto explica la ambientación en geografías remotas o imaginarias, la alusión a la mitología, a los cuentos de hadas , la recreación del pasado legendario o el gusto por ambientes lujosos o exóticos.

Para saber más:

2.- Baudelaire y Las flores del mal

Se considera que el poeta francés, Charles Baudelaire, fue el creador del simbolismo. En su poemario Las flores el mal (1857), punto de partida de la poesía moderna, se hallan ya las características de este movimiento:

  • El tedio, para el que Baudelaire usa el término inglés spleen, es consecuencia de la grisura de la vida urbana y del vacío existencial. (poemas LXXV a LXXVII, titulados “spleen”). La fascinación por el mal o el culto hedonista de lo carnal son formas de combatir ese malestar (poema CIX, titulado <<La destrucción>> o CXX, titulado: <<Letanías a Satán>>).

  • La búsqueda del ideal (el absoluto, la belleza, el infinito...) que sacie el anhelo espiritual del poeta (III: <<Elevación>> o XXI: <<Himno a la belleza>>)

  • El anhelo de evasión y los motivos de la ebriedad o el viaje. (CXXVI: El viaje>>)

  • La mujer, que se asocia simbólicamente a los gatos y que encarna la sensualidad o la lujuria (XXVIII: <<la serpiente que danza>>)

  • El mundo como organismo, como un todo ordenado en el que existe una correspondencia entre unas realidades y otras, como entre los mundos exterior e interior del poeta. (El mejor ejemplo es el poema IV, titulado <<Correspondencias>>. ). El poeta se convierte en una especie de vidente quien, por medio de un lenguaje de símbolos, es capaz de percibir el sentido oculto de la realidad.


3.- Los poetas simbolistas franceses

El simbolismo alcanza su plenitud con la obra de otros tres grandes poetas franceses: Paul Verlaine, Arthur Rimbaud y Stéphane Mallarmé.

Estos autores toman de Baudelaire el rechazo del orden burgués, las actitudes decadentes, la creación de atmósferas sugerentes, delicadas y los sentimientos de melancolía o hastío, así como el cultivo del poema en prosa. (<<Poema en prosa>> de Mallarmé).

Sin embargo, también hay en ellos innovaciones formales: La búsqueda de efectos sonoros , la importancia de la música en la poesía (como escribió Verlaine en su <<Arte poética>>); el uso del verso libre y la experimentación con la tipografía de Mallarmé.

A Paul Verlaine y Arthur Rimbaud los llamaron los poetas malditos por la tumultuosa relación amorosa que mantuvieron y que escandalizó a la sociedad en que vivieron.


4.- Otros poetas simbolistas (W.B. Yeats, P. Valéry, R. M. Rilke)

En la estela de los poetas franceses están otros autores europeos que escriben ya en el siglo XX: William Butler Yeats, el francés Paul Valéry, el checo (que escribió en alemán) Rainer María Rilke o el griego, nacido en Alejandría, Egipto, Konstantin Kavafis.

Yeats emplea, en sus primeras obras, personajes o motivos simbólicos tomados de la mitología, el folclore o la historia legendaria de Irlanda. (<<Encrucijadas>> o <<La rosa>>). En sus últimas obras (La torre, La escalera del caracol) trata el tema de la vejez y su anhelo de permanencia.

Paul Valéry es uno de los cultivadores fundamentales de la “poesía pura”, caracterizada por su hondura metafísica y desnudez formal. Se evitan los elementos narrativos o anecdóticos, la efusión sentimental y el compromiso ideológico. Su obra principal es El cementerio marino de veinticuatro estrofas. En ellas el autor nos describe una imagen en la que el yo poético experimenta un instante de calma y plenitud en la que el tiempo se detiene al contemplar este lugar.

El iniciador de la poesía pura fue Mallarmé. En España podemos citar a Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas o Jorge Guillén.

Para R. M. Rilke, el poeta tiene la función de <<convertir lo visible en invisible, es decir, interiorizar la realidad sensible para transformarla en algo imperecedero por medio de la palabra poética (Elegías de Duino)


5.- La narrativa de Fin de siglo

A finales del siglo XIX y principios del XX, coexisten diversas tendencias narrativas en la literatura occidental. Todas tienen en común la reacción contra la novela realista y su pretensión de relatar los conflictos de la sociedad burguesa.

5,1.- En la novela decadentista sus protagonsitas (como Dorian Gray en El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde o el marqués de Bradomin en las Sonatas de Valle Inclán) reúnen las características del decadentismo literario: refinamiento aristocrático, fascinación por la belleza y el arte y complacencia morvosa en la depravación, la enfermedad o lo sacrílego.

5.2.- El deseo de evasión de una realidad rutinaria y la expansión colonial de Europa por Asia y África, explican el auge de la novela de aventuras. En estos relatos, el protagonista debe enfrentarse a una serie de obstáculos que, normalmente, implican el viaje y transcurren en una geografía remota e insólita. Hay varios subgéneros:

5.2.1.: De aventuras marinas: La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson; El corsario negro, de Emilio Salgari o Capitanes intrépidos, de Rudyard Kipling.

5.2.2.: Ambientadas en lugares exóticos. El corazón de las tinieblas de Joseph Corad; Kim, de Kipling: Las minas del rey Salomón, de Henry Rider Haggard; La vuelta al mundo en 80 días o Miguel Strogoff, de Julio Verne.

5.2.3.: Ambientadas en lugares imaginarios: Viaje al centro de la Tierra, de Verne; El libro de las tierras vírgenes, de Kipling o El prisionero de Zenda de Anthony Hope.

5.3. La fascinación o la desconfianza ante los avances científicos y tecnológicos da la lugar a la novela de ciencia ficción, con títulos como De la Tierra a la luna o Veinte mil leguas de viaje submarino de Verne; El mundo perdido de Arthur Conan Doyle y La máquina del tiempo, El hombre invisible o La guerra de los mundos, de H. G. Wells.

En el siglo XX, la ciencia ficción tuvo un especial desarrollo. Los relatos pueden agruparse en distintas áreas temáticas:

  • los de vida extraterretre (la trilogía La Fundación de Isaac Asimov; la saga Dune, de Frank Herbert ; Crónicas marcianas, de Ray Bradbury o 2001, una odisea del espacio, de Arthur C. Clarke-

  • Las utopías o distopías futuras. La reflexión sobre el futuro de la humanidad sirve para explicar el presente, como ocurre en Un mundo feliz, de Aldous Huxley; 1984, de George Orwell o Farenheit 451, de Ray Bradbury.

  • Vida artificial. Se centran en las relaciones de los seres humanos con los androides o robots: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? De Philip K. Dick o Yo, robot, de Isaac Asimov.


    SEGUNDA PARTE: LAS VANGUARDIAS; LA LÍRICA DEL SIGLO XX


1.- Contexto histórico

La Primera Guerra mundial (1914 – 1918) provocó más de diez millones de muertos y su brutalidad causó un profundo impacto psicológico en la población europea. En 1917 se produjo la Revolución rusa y, más tarde, la crisis económica conocida como la Gran Depresión (1929).

Estos hechos desembocaron en un rechazo del sistema liberal propio de la sociedad burguesa, cuyas consecuencias fueron el avance del comunismo y el anarquismo, que propugnaban un cambio radical de las estructuras sociales por medio de la revolución, y el surgimiento de movimientos fascistas de signo nacionalista, totalitario, militarista y racista. Estos últimos, tras la Guerra Civil española (1936 – 1939), desencadenaron en la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945), en la que millones de judíos fueron exterminados por la Alemania nazi.

En la ciencia, la teoría de la relatividad de Albert Einstein y la mecánica cuántica traen consigo la defunción del modelo newtoniano, al negar el carácter absoluto del espacio y el tiempo, e introducir en la ciencia conceptos como el azar, la indeterminación o la probabilidad.

En la música, las artes plásticas y la literatura, las vanguardias históricas postulan innovaciones extremas como la abstracción que pretenden romper con la tradición artística occidental.


2.- Vanguardias y crisis de Occidente

La denominación de vanguardias históricas hace referencia al conjunto de movimientos artísticos y literarios que se desarrollan en Europa y América en las primeras décadas del siglo XX.

Las vanguardias constituyen la respuesta en el arte y en la literatura a una situación de crisis espiritual que se puede conCretar en dos puntos: un radical descontento ante el presente y un rechazo hacia la civilización europea por un lado y el desprecio también hacia todo el proceso histórico que había conducido a la situación actual. Se produce así un cuestionamiento de los valores de la cultura occidental (confianza en la razón, en la ciencia o el progreso).


3.- Características de las vanguardias

Aunque cada uno de los movimientos de vanguardia presenta características específicas, pueden señalarse algunos rasgos compartidos por todos ellos:

    1. Primitivismo. El rechazo hacia la evolución histórica de Occidente se traduce en una mitificación del hombre primitivo. Se busca la inspiración en el arte prehelénico, africano o de Oceanía, en la lteratura popular o en el mundo infantil. Así ocurre, por ejemplo, en Pablo Picassoo Joan Miró en pintura; en Manuel de Falla o Béla Bartók en música o en el neopopularismo de Lorca o Alberti en la literatura española.

    2. Antirrealismo. Las vanguardias rompen con la tradición artística occidental que, desde Aristóteles, consideraba el arte como mímesis (imitación de la realidad). La literatura y el arte intentarán crear una realidad autónoma. El antirrealismo admite varias interpretaciones (dar la espalda a una realidad que se repudia, reflejar la interioridad o el subconsciente del artista...). Son ejemplos de esta característica la pintura abstracta de Kandinsky, Malevich, Mondrian o Paul Klee, así como en el creacionismo literario del poeta chileno Vicente Huidobro.

    3. Irracionalismo. Las vanguardias heredaron del Romanticismo y el Fin de Siglo el irracionalismo y el antipositivismo; surgieron como una nueva reacción ante el fracaso de la razón y la iencia como principios y motores del progreso humano. Un buen ejemplo de arte y literatura irracional es la escritura automática del surrealismo

    4. Vocación minoritaria. El arte y la literatura de vanguardia se dirigen a un destinatario iniciado, capaz de descubrir un sentido oculto. La inexistencia de vínculos reconocibles entre la obra artística y cualquier referente real da lugar a un hermetismo insalvable para el público burgués al que se pretende escandalizar.

    5. Afán de experimentación. En su busca de un arte radicalmente nuevo, los autores de vanguardia ensayan diversas técnicas experimentales para crear sus obras como los caligramas de Guillaume Apolinaire (poemas cuya disposición tipográfica guarda relación con su contenido); el Cadáver exquisito (texto creado colectivamente al que cada autor añade un enunciado sin saber lo que han escrito los demás). Fue practicado por los surrealistas; La poesía fonética (poema formado por una sucesión de sonidos que no constituyen palabras u oraciones. Fueron cultivados por el futurista Filippo Marinetti o los poetas dadaístas); El collage (obra plástica formada mediante la yuxtaposición de objetos o materiales diversos. La técnica fue inventada por Picasoo y George Braque en su etapa cubista) y el Ready-made (objeto cotidiano que, por el hecho de ser encontrado o elegido por el artista y presentarse descontextualizado adquiere la consideración de arte. Su creador fue el artista dadá Marcel Duchamp.


4.- Movimientos de vanguardia

La diversidad de movimientos de vanguardia (futurismo, dadaísmo, surrealismo, cubismo, fauvismo...) hace imposible un estudio pormenorizado de todos ellos. Analizaremos aquellos que tuvieron una mayor trascendencia en la cultura europea:

4.1.- Futurismo: en Rusia destacó Vladimir Maiakovski aunque el movimiento fue liderado por el italiano F. Marinetti. El futurismo se caracteriza por la exaltación de la velocidad, la técnica, el deporte o la fuerza. Más tarde, Marinetti simpatizaría con el fascismo de Mussolini. Los textos futuristas son dinámicos y agresivos mediante el uso de onomatopeyas, signos no verbales (musicales, matemáticos)e innovaciones tipográficas (letras de distintos tamaños o cambios en la dirección de los renglones).

4.2.- Dadaísmo. El nombre del movimiento -dadá- imita el balbuceo de un bebé y sugiere el regreso a la inocencia originaria, ajena a la lógica y relacionada con el primitivismo. Sus representantes son de diferentes países: el alemán Hugo Ball, el rumano Tristán Tzara , el francés Jean Arp y después Marcel Duchamp, Francis Picabia o Kurt Schwitters. Cultivaron la poesía fonética, el collage o el ready-made. Buscan demolir los convencionalismos burgueses a través de la burla, la provocación o el absurdo.

4.3.- El expresionismo es un movimiento heterogéneo que se desarrolla en Centroeuropa en el primer cuarto del siglo XX. Sus rasgos principales son: el rechazo de la guerra y la tiranía; la tendencia a la deformación grotesca, a menudo como cauce de la crítica social, y la expresión del horror ante la barbarie y crueldad humana, así como de la angustia, la soledad o la alienación del yo en la sociedad contemporánea. Entre los pintores destacan Eduard Munch, Oskar Kokoschka, Vassily Kandinsky o Paul Klee; músicos como Arnold Schönberg, o escritores como Bertold Brech o Franz Kafka y en España, Valle-Inclán en su etapa de esperpento.

4.4.- Surrealismo. En 1924, André Breton, iniciado en el dadaísmo, publica el Primer manifiesto surrealista, una propuesta de liberación integral del espíritu humano que pretende romper con las ataduras de la moral y de la razón. Frente al conservadurismo moral defiende el amor loco y apasionado (Amour fou). Frente a la razón reivindica la intuición, los sueños, el azar o la poesía, capaces de descubrir un orden oculto en los sucesos del mundo. De acuerdo con el psicoanálisis de S. Freud, arte y literatura se convierten en métodos de indagación del subconsciente. Para ello se usa la escritura automática: textos surgidos en estado de semisueño o distracción, sin control consciente del mensaje, como los Campos magnéticos, de Breton . Al grupo fundado por Breton pronto se unieron Louis Aragon, Paul Élouard, los pintores Salvador Dalí y Joan Miró, Max Ernst o René Magritte o el cineasta Luis Buñuel. El surrealismo marcó profundamente a algunos poetas de la generación del 27.


5.- Lírica del siglo XX

En la lírica del siglo XX conviven tendencias muy diversas y sus autores son muy heterogéneos. Algunos rasgos comunes son:

  • La absoluta libertad formal que toman de las vanguardias; en sus poemas cabe el prosaísmo, el verso hiperbreve o el versículo.

  • Del romanticismo y el simbolismo heredan la indagación metapoética y, en particular, la reflexión, teñida a menudo de ironía y escepticismo, sobre la capacidad de la poesía para dar sentido a la realidad.

  • Con frecuencia es una poesía enraizada en la historia, que refleja los grandes sucesos y las inquietudes existenciales de su tiempo.

Veamos ahora los principales autores y escuelas poéticas del siglo XX:

    1. En la poesía anglosajona se le llama “Modernism” a la poesía vanguardista o experimental de principios del siglo XX. Algunos poetas norteamericanos vinculados a este movimiento son T. S. Eliot, E.E. Cummins o Hilda Doolittle. La importancia de la poesía de Eliot se relfeja en poetas posteriores como Dylan Thomas, W.H. Auden o John Ashbery. La poesía en lengua inglesa presenta además otras líneas de desarrollo: la poesía objetivista que describe fría e imparcialmente la realidad y la poesía confesional como la de Sylvia Plath, en cuyos poemas atormentados y autobiográficos se incluyen los traumas de la infancia, la sexualidad, la enfermedad mental o el suicidio.

    2. Entre los poetas rusos podemos citar a Boris Pasternak o Anna Ajmatova, cuyas vidas fueron reprimidas por el régimen estalinista (campos de trabajo, deportación o suicidio)

    3. Entre los poetas judíos en lengua alemana podemos citar a Paul Celan. Sus vidas están marcadas por el Holocausto. Su poesía busca purificar la lengua alemana del uso que de ella había hecho el nazismo.

    4. Entre los poetas italianos algunos se opusieron al fascismo (como Umberto Saba) y otros lo apoyaron (como Giuseppe Ungaretti)

    5. La poesía en español. Junto a Juan Ramón Jiménez y la Generación del 27 (Salinas, Guillén, García Lorca, Alberti, Cernuda, Aleixandre, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Altolaguirre...) sobresalen los grandes poetas latinoamericanos contemporáneos como César Vallejo, Vicente Huidobro, Octavio Paz o Pablo Neruda .


                        TERCERA PARTE: LA NARRATIVA DEL SIGLO XX

1.- La renovación de la narrativa

El primer tercio del siglo XX es un período de drásticas transformaciones en todos los ámbitos del saber y la actividad humana que generan una nueva concepción del mundo y del ser humano.

En consecuencia, las estrategias utilizadas por la novela realista para retratar la sociedad burguesa entran en crisis. Los creadores perciben una realidad inestable y caótica que no puede reflejarse por medio de historias coherentes y verosímiles.

La Primera Guerra Mundial (1914-1918), la Revolución bolchevique (1917), la quiebra de 1929 y la Gran Depresión, el desarrollo de la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica, el impacto del psicoanálisis o la consolidación de las vanguardias históricas alumbran una nueva realidad social, política y económica.


1.1.- Características generales

La ruptura del modelo realista y la nueva mentalidad pueden resumirse en los siguientes puntos:

  • Subjetivismo. El interés se desplaza del mundo exterior al mundo interior (o conciencia) de los personajes. Importa la percepción de la realidad más que los hechos.

  • El narrador en primera persona es el predominante, como en la novela En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust), así como la multiplicación de las voces narrativas y los puntos de vista dentro del mismo relato, como en Mientras agonizo y El sonido y la furia de William Faulkner.

  • En lo referente al argumento la acción pierte relevancia. A menudo es solo un pretexto para reflejar emociones, recuerdos o pensamientos de los personajes. Otras veces se carga de valor simbólico para expresar conflictos existenciales, como en la Metamorfosis de Kafka o se disgrega en varias líneas argumentales entrelazadas por la técnica del contrapunto, para mostrar la complejidad de lo real, como en Manhattan Transfer, de John Dos Passos.

  • En cuanto al orden de la narración, son habituales los saltos en el tiempo hacia atrás (analepsis o flash-back) y hacia adelante (prolepsis), así como las digresiones. Los hechos no siguen un orden cronológico sino que se presentan según aparecen en la conciencia de los personajes. Así, por ejemplo, en La señora Dalloway de Virginia Wolf.

  • Al descartarse la omnisciencia (propia de la época anterior), el narrador no aporta una descripción completa de los personajes, que se definen a través de sus palabras, pensamientos o acciones. Su intimidad se transmite mediante la técnica del monólogo interior (“stream of consciousness”) que reproduce los pensamientos de los personajes tal como brotan en su conciencia, es decir, como un flujo ininterrumpido, desordenado, sin encadenamiento lógico y que surge de la asociación de ideas. Las consecuencias son la distorsión sintáctica y el uso libre de los signos de puntuación, como sucede en el Ulises de James Joyce.

  • Como resultado de todo esto, el lector deja de seguir dócilmente al narrador. Se ve obligado a reflexionar sobre el material narrativo. La lectura se vuelve una experiencia mucho más exigente.


2.- La novela lírica y la novela intelectual

El subjetivismo y la voluntad de experimentación explican el surgimiento de la novela lírica o poemática y la novela intelectual o de ideas.

2.1.- La novela lírica

Esta se caracteriza por la capacidad de sugerencia, el cuidado de la forma, que acerca la narración al ritmo, y la importancia concedida a la conciencia del personaje (sus vivencias, emociones o recuerdos).

Algunos ejemplos de novela lírica son: Siddharta, de Herman Hesse; La muerte en Venecia, de Thomas Mann o Las olas y la señora Dalloway de Virginia Wolf.

En La señora Dalloway (1925) la acción se concentra en un solo día, en el que Clarissa Dalloway, una londinense de clase alta en la cincuentena, organiza una fiesta. La acción exterior es muy tenue. Lo importante en la novela es la exploración del mundo interior de los personajes, en especial de la protagonista, que intenta atrapar la felicidad del instante mientras toma conciencia del paso del tiempo.

Las olas (1931) relata el paso por las distintas etapas de la vida de un grupo de amigos. El texto es una sucesión de monólogos (tres mujeres y tres hombres) que se ve interrumpido por breves descripciones líricas en tercera persona del paisaje marino (símbolo de la existencia humana igual pero cambiante) desde el alba hasta el atardecer.

Virginia Wolf fue una precursora del feminismo, ideas que expuso en el ensayo Una habitación propia.


    2.2. La novela intelectual

En su búsqueda de ideas nuevas, la novela se contamina también del ensayo, otorgándole un papel preponderante a la reflexión sobre la realidad. Dentro de esta corriente destacan: La montaña mágica, del alemán Thomas Mann y El hombre sin atributos, del austríaco Robert Musil, una parodia del imperio austrohúngaro.

En la montaña mágica (1924) el protagonista ingresa en un sanatorio para tuberculosos en los Alpes. Allí conversa con otros personajes (un humanista ilustrado y un jesuita radical) que van modelando su visión del mundo. Tras conocer el amor y el suicidio luchará en la Primera Guerra Mundial y finalmente se insinúa su muerte.


3.-Ulyses de James Joyce

Este libro, obra del irlandés James Joyce, es una de las novelas más influyentes del siglo XX. La obra se publicó en Paris en 1022. Tachada de pornográfica e inmoral, fue prohibida en Gran Bretaña y EE.UU. Además de por su contenido, también escandalizó por su radical innovación formal. Esta novela, extremadamente compleja, confirma la disolución definitiva del modelo realista: si la vida no es ni ordenada ni racional tampoco deben serlo los relatos que la reflejan.

La obra narra el periplo por la ciudad de Dublín (sus pubs, la central de Correos, la Biblioteca Nacional, un burdel, un cementerio...) de Leopold Bloom, un anodino agente de publicidad de origen judío, durante un solo día, el 16 de junio de 1904.


    1. Estructura paródica

Ulises puede entenderse como una antiepopeya protagonizada por un antihéroe, que refleja la vulgaridad de la vida urbana contemporánea. Existe un paralelismo paródico entre la Odisea de Homero, y los personajes y episodios de Ulises:

Por un lado, el protagonista, L. Bloom, es un trasunto de Ulises; su esposa Molly, de Penélope; y Stephen Dedalus, un joven profesor con inquietudes literarias, de Telémaco. Este personaje, Stephen, que fue el protagonista de la primera novela de Joyce, Retrato del artista adolescente, encarna al hijo deseado por Bloom, que perdió al poco de nacer.

También hay un paralelismo en los episodios: el entierro de Paddy Dignam al que asiste Leopold (secuencia 6) remite a la visita de Ulises al Hades; las camareras del hoter Ormond, con sus delantales hasta los pies (secuencia 11) evocan a las sirenas; el Ciudadano (nacionalista irlandés xenófobo y antisemita de la secuencia 13) al cíclope Polifemo, etc. Al final, el regreso al hogar (secuencias 17 y 18) se corresponden con la vuelta a una desangelada Ítaca, aunque Molly, a diferencia de Penélope, sí ha engañado a Leopold con su amante Boylan.


    1. Aspectos formales

La novela se estructura en dieciocho secuencias, en las que se emplean diversas técnicas narrativas, entre las que destacan el diálogo dramático, el contrapunto (secuencia 10) y el monólogo interior (secuencia 18). El lenguaje, un juego incesante, radical y desconcertante con las palabras, es el verdadero protagonista de la novela, convertida en laboratorio de experimentación verbal. Las principales técnicas usadas son:

  • Los listados interminables y las enumeraciones (de los invitados a una boda, de santos, de libros de una estantería...)

  • La recreación burlesca de tópicos y géneros discursivos. Joyce realiza numerosos ejercicios de estilo (una crónica periodística, una descriptio puellae obscena, la típica estructura pregunta – respuesta del catecismo, etc)

  • Las técnicas poéticas. Uso de rimas internas, juegos fonéticos, repeticiones y recurrencias.

  • Y, por último, la transcripción de conversaciones en un mismo espacio, para dar la impresión de simultaneidad. El discurso se fragmenta y se reordena formando una perfecta polifonía.


4.- En busca del tiempo perdido de Marcel Proust

Fue publicada en siete volúmenes, entre 1913 y 1927. El narrador evoca su vida en primera persona, desde su infancia hasta que al final reconoce su vocación de escritor y decide comenzar la obra que el lector tiene en sus manos.

El protagonista, Marcel, es una máscara o alter ego del propio Proust, por lo que la novela tiene un fuerte componente autobiográfico a pesar de algunas diferencias (p.e. Proust era judío y homosexual, a diferencia de Marcel).

    1. Temas

La obra presenta dos ejes temáticos: el tiempo y la literatura, por un lado y el amor y los celos, por otro.

El narrador protagonista reconstruye su historia a partir de recuerdos del pasado. Esto se repite a lo largo de la obra. Un olor, un sabor, un sonido, un tropezón... activan la memoria inconsciente, haciendo aflorar un recuerdo. Como modo de salvarlo, surge la necesidad de escribirlo. Por ello, la literatura se convierte en el instrumento para derrotar el tiempo y recobrar lo vivido.

En los dos primeros capítulos (Por el camino de Swann y A la sombra de las muchachas en flor) el narrador ahonda en los fuertes celos que padecen Swann (conocido de Marcel) y Saint-Loup (enamorado de una actriz), antecedentes del sufrimiento del propio narrador en su relación con Gilberta, la hija de Swann, y, más tarde, con Albertina. De hecho, la obra es un auténtico tratado sobre los celos.

    1. Aspectos formales

Pero no son los personajes ni el argumento los que hacen de esta novela una obra maestra. Sus aportaciones revolucionarán, en adelante, la narrativa occidental y son dos: el narrador y la voluntad de estilo.

Frente al narrador externo de la novela realista, hallamos una voz interna, en constante evolución, que interrumpe su relato con digresiones, retrocesos, avances o ensoñaciones. Lo importante no son los hechos, sino la reelaboración subjetiva de esos hechos.

Por otra parte, la compleja sintaxis, con oraciones largas y enrevesadas, ralentizan el tiempo de la narración. A ello contribuyen también las descripciones minuciosas, los detalles, lo trivial convertido en trascendente que definen el mundo interior del narrador y que se convierte en objeto principal del relato.


5.- La metamorfosis de Franz Kafka

Kafka, Joyce y Proust pueden considerarse los grandes renovadores de la narrativa occidental del siglo XX.


              5.1. La vida y la escritura

En su obra hay varios aspectos autobiográficos como su identidad compleja (Kafka era checo, judío y germanoparlante. Sus hermanos murieron en el Holocausto, lo que se refleja en La metamorfosis. Esta obra puede interpretarse como una alegoría de la persecución del diferente, que desarrolla, paradójicamente, sentimientos de culpa). También la figura autoritaria y coercitiva del padre (En La metamorfosis, por ejemplo, el padre siempre viste con uniforme militar); la disociación entre su pasión por escribir y su vida gris (su padre le obligó a trabajar Derecho. Además trabajó en una agencia de seguros) o su personalidad atormentada y su baja autoestima (rasgos que se acentuaron por su tuberulosis y una fracasada relación sentimental. Por todo ello le pidió a un amigo que destruyera sus manuscritos aunque este, afortunadamente, no le hizo caso y fueron publicados póstumamente).

             5.2  La narrativa de Kafka.

En general, los escritos de Kafka, de carácter simbólico o alegórico, presentan un universo angustioso y opresivo en el que el individuo se muestra solo e impotente ante la burocracia, la familia o la justicia, víctima de situaciones absurdas e incomprensibles. En su obra, además de La metamorfosis, destacan el relato Un artista del hambre y dos novelas extensas: El proceso y El castillo.

En La metamorfosis, (1915), Gregor Samsa, un viajante de comercio, vive con su hermana Grete y con sus padres. Una mañana se despierta convertido en un repugnante insecto. La obra cuenta el proceso de despersonalización de Gregor hasta que, rechazado por Grete, muere, provocando un indisimulado alivio en la familia. Este libro es uno de los pocos textos de Kafka publicados en vida. Considerado uno de los textos fundamentales del siglo XX, la novela ha sido objeto de diversas interpretaciones:

  • En clave autobiográfica, como trasposición de la relación de Kafka con su padre.

  • En clave social, como metáfora de la pérdida de identidad del ser humano en la sociedad contemporánea, o de la marginación del pueblo judío.

  • En clave existencial, como reflexión sobre la radical soledad y el absurdo de la existencia. En este sentido, puede conectarse con el existencialismo de Sartre y Camus y el teatro del absurdo deBeckett y Ionesco.

El protagonista de Un artista del hambre (1924) es un hombre que trabaja como ayunador profesional en un circo. Nadie le hace caso y desaparece.

En El proceso (1925), Josef K se despierta y, sin previo aviso, es detenido y conducido a prisión, donde es juzgado sin conocer los cargos. Finalmente es condenado a muerte y ejecutado. La obra sugiere la pérdida de identidad del individuo, engullido por las estructuras del poder.

En El castillo (1926), el agrimensor K. Es contratado para medir unas tierras que rodean un misterioso castillo; el personaje choca una y otra vez con la burocracia, que impedirá que lleve a cabo su labor.

6.- La generación perdida 

Tras la Edad de oro de la literatura norteamericana, la llamada <<generación perdida>> (Lost generation) constituye el siguiente eslabón en el desarrollo de la literatura estadounidense.

Está integrada por los narradores John Dos Passos, Francis Scott Fitzgerald, William Faulkner, Ernest Hemingway, John Steinbeck y el poeta E.E. Cumming.

Con la excepción de Hemingway y Scott Fitzgerald, la generación perdida se caracteriza por el empleo de técnicas narrativas experimentales, en paralelo con la renovación de la novela que, en las mismas fechas, llevan a cabo en Europa James Joyce y Virginia Wolf. Así en El ruido y la furia, Faulkner emplea sistemáticamente el monólogo interior y el punto de vista múltiple y John Dos Passos utiliza la técnica del contrapunto en su trilogía USA.

Podemos señalar algunos rasgos comunes de esta generación:

  • Presentan circunstancias biográficas comunes como la participación en la Primera Guerra Mundial (Hemingway, Dos Passos y Cummings fueron conductores de ambulancias). Tras la guerra, algunos fijaron su residencia en Europa donde conocieron a los artistas de las vanguardias. Hemingway fue corresponsal en la Guerra Civil española, en la que se ambienta su novela Por quién doblan las campanas.

  • Comparten un acusado antimilitarismo, como se refleja en la novela Adiós a las armas de Hemingway.

  • Mantienen una actitud crítica frente a la sociedad norteamericana tras el fin de la guerra. Este rechazo se manifiesta en dos novelas: el Gran Gatsby de S. Fitzgerald (donde se refleja el culto al dinero, la banalidad de la sociedad y la imposibilidad de alcanzar los sueños o recuperar el pasado) y Manhattan Transfer de Dos Passos cuya protagonista, la ciudad de Nueva York, dominada por el individualismo y la codicia, engulle los sueños de los habitantes.

  • Faulkner y Steinbeck retratan duramente la América rural: el primero ambienta sus novelas en el condado ficticio de Yoknapatawpha, en un estado sureño y tradicionalista (Así en El ruido y la furia, Mientras agonizo y ¡Absalón, Absalón!). Por su parte, las novela de Steinbeck La perla y Las uvas de la ira reflejan el empobrecimiento que trajo la Gran Depresión.

  • Veamos tres novelas un poco más detalladamente. El Gran Gatsby (1925) tiene un narrador testigo (Nick) quien cuenta la historia de Jay Gatsby, un hombre que ha amasado una fortuna turbiamente con el único fin de deslumbrar y recuperar un antiguo amor, Daisy, casada con el violento Tom Buchanan. Adiós a las armas (1929) se desarrolla durante la Gran Guerra. Frederick, un joven conductor de ambulancias, escapa a Suiza para vivir su amor con Catherine, una enfermera que conoció mientras se recuperaba de sus heridas. Al final, Catherine, embarazada, pierde el hijo y muere. El ruido y la furia (1929) narra la decadencia de una familia sureña de clase alta (los Compson) desde cuatro puntos de vista diferentes: los de los hermanos Quentin, Jason y Benjy (discapacitado mental) y el de la criada Dilsey. Solo Caddy, la única hija de los Compson, víctima de una sociedad obsesionada por el honor familiar, carece de voz propia. La novela termina con el suicidio de Quentin, el favorito de la familia.


7.- La novela y la segunda guerra mundial

La Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945) constituye el acontecimiento central del pasado siglo XX, que tomará como objeto de reflexión un gran número de novelas posteriore. Muchas de ellas tratarán de indagar en el origen y desarrollo de los totalitarismos europeos (fascismo italiano, nazismo alemán, estalinismo), reflejar las repercusiones de la guerra en los individuos o retratar la sociedad de posguerra.

El Holocausto halla reflejo directo en la llamada <<literatura de los campos>> situada entre la novela y el testimonio de los supervivientes del genocidio nazi, que narran sus experiencias en los campos de exterminio. Algunos ejemplos son: Si esto es un hombre, (1956) del italiano Primo Levi; Sin destino (1975) del húngaro Imre Kertész; La escritura o la vida, (1994)del español Jorge Semprún; El Diario de Anna Frank (alemana) y el de la francesa Hélène Berr, dos jóvenes judías que fueron deportadas a Auschwitz en 1944 y murieron poco después.

Veamos a continuación otros autores y sus obras principales:

  • Suite francesa, de Irène Némirovsky. (Uno de los primeros testimonios literarios de la Segunda Guerra Mundial).

  • Los desnudos y los muertos, de Norman Mailer. Se basa en su propia experiencia para desmitificar la guerra en el pacífico

  • La historia, de Elsa Morante. Novela sobre la guerra y sus consecuencias, protagonizada por una maestra judía y su hijo Useppe, concebido tras ser violada por un soldado alemán.

  • Doctor Zhivago, de Boris Pasternak. La novela del escritor ruso narra las vivenciass del médico y poeta Yuri Zhivago durante la Revolución rusa y la posterior guerra civil.

  • Vida y destino de Vasili Grossman. Su autor, ucraniano de origen judío, realiza en esta novela una crítica del estalinismo, con la batalla de Stalingrado como eje de narración.

  • El jardín de los Finzi-Contini, de Giorgio Bassani. El narrador protagonista evoca su amistad con una joven judía durante el ascenso al poder de Mussolini.

  • El tambor de hojalata, de Günter Grass. Al cumplir los tres años, Oskar decide dejar de crecer como expresión de rechazo al mundo de los adultos. El relato de su vida hasta su internamiento en un manicomio tiene como fondo el ascenso del nazismo, la guerra y la posguerra.

  • Opiniones de un payaso, de Heinrich Boll retrata críticamente la Alemania de posguerra a través del relato retrospectivo de Hans, un payaso ateo abandonado por su esposa Marie, una mujer convertida al catolicismo.


8.- La narrativa desde 1945

La narrativa occidental ofrece, desde 1945, una variedad casi inabarcable. Las principales líneas de desarrollo son: la reaparición de una narrativa de corte realista, la evolución de la novela experimental, la novela existencialista, la novela alegórica y la revitalización de subgéneros narrativos como el relato policiaco, la novela histórica o la ciencia ficción.

    1. Los realismos. Buscan representar la sociedad de la época y rechazan los artificios narrativos y retóricos de la novela experimental. En este grupo destacan el realismo sucio norteamericano, el neorrealismo italiano y algunas obras de autores americanos y canadienses (Alice Munro) que entroncan con el realismo decimonónico y los cuentos de Chejov. El neorrealismo italiano empezó siendo un término cinematográfico (Roberto. Rossellini, Federico Felini o Luchino Visconti) y luego pásó a la literatura. Se caracterizan por sus críticas al pasado fascinmo o la denuncia de la vida de las clases más desfavorecidas. Además, emplean la desnudez formal y se identifican por su compromiso con la transformación de la sociedad. Por otro lado, el realismo norteamericano (Dirty realism) incluye a un grupo de autores que narra las rutinas, decepciones y miserias cotidianas de personajes corrientes con un estilo seco y directo, reflejando el reverso del sueño americano. Sobresalen Charles Bukowsky, Raymond Carver o Richard Ford. Algunas novelas de Bukowsky están protagonizadas por un alter ego de su autor (Henry Chinaski), un hombre solitario y alcohólico, cuyas sórdidas aventuras sexuales se relatan descarnadamente. En su obra La senda del perdedor, su protagonista guarda semejanzas con el del clásico El guardián entre el centeno de J. D. Salinger, por ser el prototipo del adolescente inadaptado. Otros realistas norteamericanos son John Updike (Su protagonista, Harry Conejo representa la clase media norteamericana) o Johnatan Franzen, (autor de Las correcciones y la libertad, la historia de una familia de principios del siglo XXI, con el trasfondo de la era Bush).

    2. Los experimentalismos. A partir de 1945 una serie de autores siguen la estela de los grandes renovadores de principios de siglo (Proust, Joyce, Wool, Faulkner...) y normalizan algunas técnicas ensayadas por estos, como el monólogo interior (El innombrable, de Samuel Beckett), el punto de vista múltiple (la tetralogía El cuarteto de Alejandría, de Lawrence Durrell) o el contrapunto (La vida, instrucciones de uso, de George Perec).En las últimas décadas del siglo XX la experimentación ha continuado con tres técnicas: la fusión de géneros (A sangre fría, de Truman Capote), la metaficción (Su eje narrativo es la construcción de una ficción. Podemos citar Pálido fuego de Nabokov, el autor de Lolita, o Si una noche de invierno un viajero, de Italo Calvino) y la autoficción (el préstamo del nombre o las circunstancias biológicas del autor a un personaje de su novela. En esta tendencia se incluyen autores como Elias Canetti, Philip Roth o J. M. Coetzee).

    3. La novela existencialista. El existencialismo es una corriente de pensamiento surgida en la Europa de entreguerras, cuya influencia se prolonga en los años cincuenta y sesenta. La cosmovisión existencialista puede concretarse en los siguiente puntos: no existe justificación trascendente que dé sentido a la existencia. Estamos marcados por el sinsentido, la incomunicación y el tedio. Sin fe en Dios, sus protagonistas buscan el sentido de la existencia haciendo uso de su libertad en medio de una sociedad masificada. Son obras filosóficas existencialistas: El ser y la nada de Jean Paul Sartre o el ensayo El mito de Sísifo o El hombre rebelde de Albert Camus. Además encuentra expresión literaria en las novelas La náusea, de Sartre, Los mandarines de Beauvoir, El extranjero y La peste de Camus, la trilogía Molloy, Malon muere y El innombrable de Beckett o en El tedio de Alberto Moravia.

    4. La novela alegórica. Algunas novelas posteriores a 1945 son alegorías o parábolas de carácter simbólico de la sociedad, la realidad o la condición humana. Entroncan así con la obra de Kafka. Son novelas alegóricas: El mar de las Sirtes, de Julien Grack, El señor de las moscas de William Golding (alegoría de la condición humana) o el Ensayo de la ceguera del portugués José Saramago. En esta última, una enfermedad deja ciegos a todos los habitantes de una ciudad. Conforme la epidemia se extiende, cunden el egoismo y la violencia, en una lucha despiadada por sobrevivir. La obra es una metáfora de la sociedad contemporánea, que desprecia valores fundamentales como la solidaridad). Se pueden añadir otros autores como Italo Calvino (El caballero inexistente) o algunas novelas, como la trilogía citada anteriormente , del irlandes Samuel Beckett.

    5. Otros subgéneros narrativos. Durante la segunda mitad del siglo XX mantienen su vigencia algunos subgéneros narrativos del XIX como el relato policiaco, la novela histórica y la ciencia ficción. La popularidad alcanzada por estos subgéneros, propios de la cultura de masas y la reiteración de formulas narrativas han llevado a algunos críticos a considerar estas obras paraliteratura, de discutible valor artístico pero grandes autores se han servido de sus técnicas para crear grandes novelas.

      1. La ficción distópica es una rama de la ciencia ficción en la que se conjetura una sociedad futura indeseable, contraria a la utopía o sociedad ideal. En este subgéneros se inscriben obras como Un mundo feliz, de Aldous Huxley, Farenheit 451, de Ray Bradbury, La naranja mecánica, de Anthony Burgess, La carretera, de Cormac McCarthy o 1984, de George Orwell. La acción se desarrolla en Londres, en el año 1984, en una sociedad totalitaria regida por el <<Gran Hermano>>, que controla, por medio de pantallas situadas en las casas y en las calles, todas las actividades de los ciudadanos.

      2. Novela histórica. Algunas de las más significativas son: Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, El gatopardo, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa o El nombre de la rosa, de Umberto Ecco. En esta última novela, ambientada en el siglo XIV, se relata la investigación realizada por fray Guillermo de Baskerville en una abadía franciscana para esclarecer una serie de misteriosos asesinatos de monjes. Constituye, así, una perfecta síntesis de novela histórica y policiaca. Publicada en 1980 se convirtió en un extraordinario fenómeno de masas.





                           CUARTA PARTE: EL TEATRO DEL SIGLO XX


1.- Introducción

Aunque la diversidad es muy grande, se pueden destacar dos tendencias: el teatro comprometido y el teatro simbólico. A veces es difícil encuadrar una obra en un sólo subgénero. Por ejemplo, las obras de Lorca o las de Valle Inclán, en España. Las tragedias de Federico G. Lorca pueden considerarse realismo poético (Bodas de sangre, Yerma o La casa de Bernarda Alba) y Luces de bohemia, de Valle Inclán, la obra maestra del esperpento, aúna realismo y expresionismo.

A finales del s.XX el interés se desplaza del texto teatral al espectáculo, como lo demuestran los grupos teatrales: Els Comediants, Els Joglars o La Fura dels Baus en Cataluña; el Teatro Campesino mexicano y los norteamericanos Living Theatre , Open Theatre o Bread and Puppets.

  1. Teatro comprometido. Este ofrece una reflexión crítica sobre la realidad del presente, con el fin de denunciar las injusticias sociales o la opresión política. Se incluyen en él, el teatro épico del aleman Bertold Brech, el teatro social en la España de postguerra de Buero Vallejo o Alfonso Sastre, el teatro neorrealista italiano de Eduardo Filippo, el realismo norteamericano de Arthur Miller, o el teatro de John Osborne y los llamados Jóvenes Airados (Angry Young Men) británicos. Aunque el teatro comprometido suele asociarse al realismo, no siempre es así, como, sucede por ejemplo, con las comedias de Oscar Wilde, el tatro de ideas de Bernard Shaw o la comedia burguesa de Jacinto Benavente. Tampoco se ajusta al canon del realismo el teatro de Bertold Brech, que rompe deliberadamente con la ilusión de realidad pero es la expresión más característica del teatro político en el siglo xx.

  2. Teatro simbólico. El teatro alusivo o simbólico incluye todas las formas teatrales innovadoras, no realistas, que sirven en general, como cauces de expresión de conflictos existenciales (el tiempo, la identidad, el sentido de la vida...). Se incluyen el teatro simbolista, el teatro expresionista, el metateatro de Luigi Pirandello, las obras vanguardistas de Tristán Tzara, Apollinaire o García Lorca; el teatro del absurdo de Samuel Beckett y Eugenio Ionesco y el teatro experimental de las últimas décadas.


2.- Teatro fin de siglo.


En los últimos años del siglo XIX surgen las primeras tentativas de superación del realismo y el naturalismo, que, con figuras como Ibsen o Chejov habían dominado la escena europea en la segunda mitad del siglo.

      2.1. El teatro simbolista se caracteriza por la ambientación onírica o legendaria y la profundización en el mundo interior de los personajes, que, dominados por la angustia y la desesperanza, se ven empujados hacia un desenlace trágico. Destacan dos obras: Salomé, del irlandés Oscar Wilde y Peleas y Melisenda del belga Maurice Maeterlinck, que cuenta la historia de la infidelidad de una mujer a su marido con su propio hermano y el asesinato del amante por el marido. En Salomé, esta, tras ser rechazada amorosamente (en el relato bíblico, por Juan el Bautista), pide la Herodes su cabeza a cambio de bailar para él. Al final, besa los labios de la cabeza cortada y Herodes, enamorado de ella, manda asesinarla.


      2.2. Alfred Jarry. La principal obra del dramaturgo francés es Ubú rey (1896). Ubú es un tipo panzudo, violento, codicioso y malhablado que asesina, inducido por su esposa, al rey Wenceslao y se hace con el trono de Polonia. Convertido en un tirano sanguinario, manda asesinar a nobles y campesinos para apoderarse de sus bienes, hasta que es derrotado por el zar de Rusia. Ubú refleja de modo caricaturesco los más bajos instintos el ser humano. El tono de farsa, el carácter provocador, el lenguaje grosero y distorsionado o la violencia en escena son expresiones de un radical descontento con el mundo. Jarry es un claro antecedente del dadaísmo, del surrealismo y del teatro del absurdo. (“No habremos destruido todo si no demolemos hasta las mismas ruinas”, dice Ubú en la continuación de la obra Ubú encadenado.)


      2.3. Luigi Pirandello. La obra capital del siciliano es Seis personajes en busca de autor. En este drama, seis personajes ficticios (el Padre, la Madre, la Hijastra, el Hijo, el Jovencito y la Niña) irrumpen en un ensayo teatral y piden al Director que ordene y de coherencia al conjunto fragmentado de escenas (vivencias) que constituye su existencia. Este argumento da pie a una reflexión filosófica que se organiza en torno a dos ejes: el relativismo (esto es, la certeza de que no existe una verdad única, objetiva y demostrable, vinculada al tópico de la vida como teatro y al empleo de recursos metateatrales -el teatro dentro del teatro-). Esta concepción también aparece en Así es, si así os parece o Esta noche se improvisa. La otra idea es la necesidad humana de creer en Dios, representado alegóricamente por este «autor» a quien los personajes buscan para que dé sentido a sus vidas.


2.4. El teatro de vanguardia. En las vanguardias históricas sobresale la obra dramática de tres autores: Tristán Tzara, Guillaume Appolinaire y Georg Kaiser. T. Tzara fue el fundador del dadaísmo. Escribió la Primera aventura celeste del señor Antipyrine, con diálogos formados por sonidos carentes de sentido, cercanos a la poesía fonética.

G. Appolinaire es autor de Las tetas de Tiresias (estrenada en 1917), obra transgresora protagonizada por Therèse, quien, hará de su matrimonio, se libra de sus pechos y se convierte en Tiresias. En el prólogo de la pieza aparece por primera vez la palabra surrealismo.

G. Kaiser, principal representante del teatro expresionismo teatral, refleja en sus sombrías obras dramáticas los rasgos de este movimiento artístico y literario. Es autor de la trilogía El coral, Gas I y Gas II (1917-1920).


3. El teatro del absurdo

Es la corriente teatral dominante en la escena europea durante los años cincuenta y sesenta. Estos dramas deben entenderse como alegorías o metáforas de la condición humana. Su visión del mundo, pesimista y escéptica, se corresponde con una Europa devastada por la Segunda Guerra Mundial, que ha perdido definitivamente la confianza en la razón, en el progreso y en cualquier ilusión de orden o sentido que justifique los sucesos de la realidad.

La filosofía que subyace es el existencialismo ateo de Jean- Paul Sartre o Albert Camus, que se expresa mediante actitudes o recursos que se heredan de los movimientos de vanguardia del primer tercio del siglo XX (expresionismo, dadaísmo, surrealismo…) A ello se suma la influencia de Kafka y de Pirandello, cuyos personajes, desconcertados, arrojados a una realidad incomprensible y caótica, anticipan los conflictos existenciales de las obras del absurdo.

  • Temas.

Los temas recurrentes en el teatro del absurdo son: la falta de una justificación que dé sentido a la vida y a los hechos del mundo. La existencia se concibe como un fluir sin objeto, tedioso y reiterativo, en el que los días se suceden indistinguibles y vacíos. “No hay razón para nada” afirma un personaje de El peatón del aire de Ionesco; la pérdida de identidad del ser humano, en una sociedad progresivamente masificada y mecanizada, sacudida, además, por las ideologías totalitarias de uno y otro signo. Y la inutilidad del lenguaje, que no sirve como instrumento de comunicación o pensamiento. La incomunicación entre los seres humanos y el rechazo de la razón serán así dos temas característicos.

  • Mecanismos dramáticos

Los temas anteriores se plasman en las siguientes estrategias dramáticas:

No existe una intriga o acción propiamente dicha que avance de manera coherente. En ocasiones se plantea una situación inicial que se sostiene estática, hasta la exasperación: otras veces, asistimos a una sucesión de episodios o situaciones inconexas. En muchas ocasiones presentan una estructura cíclica o circular; Los personajes carecen de coherencia psicológica. Son seres vacíos, convertidos en autómatas sin iniciativa y sin un perfil individualizado. Y, por último, la desarticulación del lenguaje, reducido a una sucesión de sonidos o enunciados sin sentido, influencia del dadaísmo y del surrealismo.

Otro de los rasgos del teatro del absurdo es el sentido del humor. Basado unas veces en la gestualidad, con influencia del cine mudo de Charles Chaplin o Buster Keaton, y otras en los diálogos disparatados, se trata con frecuencia de un humor negro o cruel. “Solo el humor es capaz de darnos fuerza para soportar la tragedia de la existencia” escribe Ionesco en sus Diarios.

  • Los dramaturgos del absurdo.

Los dos autores más representativos son Eugène Ionesco y Samuel Beckett. Entre los europeos e hispanoamericanos destacan también los franceses Jean Genet (Las criadas) y Arthur Adamov (La parodia, La invasión); el dramaturgo inglés Harold Pinter (La habitación, El montacargas), los españoles Fernando Arrabal (El cementerio de los automóviles o Jardiel Poncela (Eloísa está debajo de un almendro, El caso de la mujer asesinadita, Cuatro corazones con freno y marcha atrás) o los cubanos José Triana (La noche de los asesinos) y Virgilio Piñera (Dos viejos pánicos).

4.- Eugenio Ionesco.

La cantante calva, estrenada en París en 1950, es la primera obra de teatro del absurdo. Entre sus obras, escritas todas en francés (aunque él era rumano), destacan, además, Las sillas y Rinoceronte.

La cantante calva está formada por once escenas en las que se desarrolla una conversación trivial y disparatada entre dos parejas burguesas (los señores Martín y Smith), a los que se suman la sirvienta Mary y un capitán de bomberos. Según avanza el diálogo, el lenguaje se va desintegrando hasta terminar con los personajes bailando por la escena a oscuras, mientras gritan palabras inconexas. La acotación final devuelve al espectador al punto de partida.

En Las sillas, un matrimonio de ancianos espera a un prestigioso orador que va a transmitir a un selecto auditorio un mensaje que salvará a la humanidad. Llegan los invitados, invisibles para los espectadores, que solo ven sillas vacías. Cuando aparece el orador, los ancianos se suicidan. El orador resulta ser sordomundo y apenas es capaz de producir unos gruñidos incomprensibles que sugieren la imposibilidad de la comunicación entre los seres humanos.

En Rinoceronte el argumento es el siguiente: en una tranquila ciudad de provincias, todos los personajes se van convirtiendo en rinocerontes, expresión bien de la derrota del individuo en las sociedades totalitarias, bien de la uniformidad de la sociedad contemporánea. Al final, Berenger, solo en un mundo de rinocerontes, defiende furiosamente su individualidad.


5.- Samuel Beckett


El irlandés Samuel Beckett escribió también en francés la mayor parte de sus obras, entre ellas las dos más importantes: Esperando a Godot y Final de partida. Escrita entre 1947 y 1948 y estrenada en 1953, Esperando a Godot es la obra maestra del teatro del absurdo y, quizá, la pieza más influyente del siglo XX.

En el primer acto, Vladimir y Estragón, dos personajes estrafalarios, esperan a Godot bajo un árbol sin hojas. Mientras, hablan por hablar, comen nabos y zanahorias, saltan, se intercambian sombreros... en un intento desesperado por matar el tiempo y llenar el vacío de su existencia. Reciben la visita de Pozzo, quien conduce a su criado Luchy atado por el cuello (representación, tal vez, de la brutalidad e inhumanidad de las relaciones sociales). Más tarde, un muchacho les comunica que Godot no llegará ese día, pero que mañana seguramente lo hará.

El segundo acto plantea mínimas variaciones: él árbol tiene algunas hojas. Pozzo se ha quedado ciego; Lucky, mudo...Al final, el muchacho anuncia, una vez más, que Godot no vendrá. <<Nos ahorcaremos mañana. A menos que venga Godot>> dice Vladimir en la conversación que pone punto final a la obra. Vladimir y Estragón representan, así, a los seres humanos, que buscan en vano un sentido a sus vidas (encarnado en Godot, que nunca acudirá), infectadas fatalmente por la monotonía y el tedio.


6.-Teatro existencialista

Los dramas de Jean Paul Sartre (A puerta cerrada, Las moscas) y Albert Camus (El malentendido, Calígula) recogen los mismos temas e inquietudes presentes en sus novela y en el teatro del absurdo. Sin embargo, frente a este, que ha sido denominado antiteatro por romper con las convenciones dramáticas tradicionales, en el teatro existencialista se escriben obras formalmente convencionales: con diálogos coherentes, personajes dotados de espesor psicológico y una acción que respeta el esquema de planteamiento, nudo y desenlace.


7.- Bertold Brech y el teatro del compromiso


El dramaturgo Bertold Brech es el máximo exponente del teatro de compromiso en el siglo XX. La propuesta teatral de Brech puede concretarse en los siguientes puntos: desde una óptica marxista, su teatro, de carácter didáctico, tiene como objeto denunciar la desigualdad social y la opresión política. Pretende concienciar al espectador y la transformación de la sociedad.

Para ello, propugna una estética de extrañamiento o distanciamiento. El teatro debe evitar la identificación emocional del espectador con los personajes, pues este anula una actitud analítica o reflexiva.

El distanciamiento se consiguen con distintos procedimientos: la presencia de un narrador en el teatro o el empleo de carteles que cuentan los hechos ( de ahí el nombre de teatro épico); la preferencia por un escenario no ilusionista, que no pretenda transmitir una impresión de la realidad, o la fragmentación de la acción en cuadros o secuencias más o menos autónomas.

7.1 Vida de Galileo. Esta pieza, escrita en 1938, gira en torno a la figura de Galileo Galilei, forzado por la jerarquía eclesiástica a retractarse de sus descubrimientos científicos, que arrumbaban definitivamente el geocentrismo de Ptolomeo y corroboraban la teoría heliocéntrica de Copérnico. Galileo se convierte en símbolo del conocimiento y la razón frente al fanatismo religioso, y también de la necesidad de la revolución social frente a cualquier forma de opresión.

7.2 Madre coraje y sus hijos. Escrita en 1941, Madre Coraje es, como la anterior, una pieza de ambientación histórica. Se desarrolla en el siglo XVII, durante la Guerra de los Treinta Años, un conflicto religioso y político que enfrentó a las potencias europeas entre 1618 y 1648. La obra cuenta en once cuadros la vida de Madre coraje, que conduce una carreta, símbolo, tal vez, de la capacidad de supervivencia de los desheredados, acompañada de sus dos hijos varones y de su hija muda. En ella transporta la mercancía que vende a los soldados. La guerra le da ocasión de hacer negocio pero le arrebata a sus hijos. De marcado carácter antibelicista, este drama critica la simbiosis entre la guerra y el afán de enriquecimiento y señala a los miserables como sus víctimas inevitables.

7.3 El alma buena de Se-Chuan. Esta fábula, compuesta en 1943, cuenta cómo tres dioses llegan a Se-Chuan en busca de un <<alma buena>>. La encuentran, finalmente, en una prostituta, Shen-Te, que les ofrece alojamiento. Con el dinero que le pagan, la joven monta una cigarrería y tendrá que hacerse pasar por su primo, un hombre sin escrúpulos, para poder defender su negocio.



8.- Realismo norteamericano.


Las tres grandes figuras del realismo teatral en Estados Unidos durante el siglo XX son:  Eugene O´Neill, Tenesse Wiliams y Arthur Miller.

    1. Eugene O´Neil. Su obra más influyente es Largo viaje hacia la noche (1942), una descarnada disección de las relacione familiares con elementos autobiográficos. El drama se desarrolla durante un día de agosto en la casa de los Tyrone. Mary, la madre, regresa a casa tras un tratamiento para curarse de su afición a la morfina. Allí se reencuentra con su familia quien también está llena de fracasos (alcohol, tuberculosis)

    2. Tenesse Williams. Los ejes de su teatro son la indagación en los conflictos familiares y el retrato de personajes atormentados, vencidos por el rencor, la culpa o la insatisfacción, en la estela de los dramas de Eugene O´Neill. Sus dramas reflejan críticamente el espíritu sureño, marcado por el conservadurismo, el racismo, la religiosidad y una concepción de la familia opresiva patriarcal. Sus obras principales son Un tranvía llamado deseo (1947) y La gata sobre el tejado de zinc caliente (1955). En la primera, Blanch visita a su hermana. Esta siente por su cuñado una mezcla de odio y atracción . Mientras su hermana está de parto, su cuñado la viola y es ingresada en un psiquiátrico. En la segunda, se retrata la decadencia física, oral y económica de los Pollitt, una familia de hacendados del sur. La acción se desarrolla el día del cumpleaños del padre, que padece (aunque él lo ignora) un cáncer terminal.

    3. Arthur Miller. Frente al psicologismo de O´Neill o Williams, los dramas de Arthur Miller presentan una acusada dimensión social y política. Entre ellos, destacan: Las brujas de Salem (1952) (el juicio por brujería de unas jóvenes de Massachusetts en 1692 se convierte en metáfora de la caza de brujas macarthista) y Panorama desde el puente. (1955). Esta obra aborda el drama de la inmigración. Eddie es un estibador italoamericano que vive pobremente en Nueva York con su esposa y su sobrina. La familia acoge a dos inmigrantes sicilianos. La sobrina se enamora de uno de ellos pero Eddie se opone (cree que él lo hace buscando la nacionalidad) y delata a los italianos. Finalmente, es asesinado por el otro inmigrante.


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